Nissan y el gobernador Lozano armaron negocios con terrenos donados

AutorMónica Cerbón y Jennifer González

AGUASCALIENTES, AGS.- En agosto de 2015 Nissan Mexicana vendió en 17 millones de dólares los terrenos que el gobierno de Aguascalientes le donó entre 2011 y 2014 para instalar su segunda planta. Reformas legales impulsadas por el entonces gobernador priista Carlos Lozano permitieron que personas cercanas a él y la trasnacional recibieran millonarios recursos públicos; a cambio, Nissan prometió generar empleos, pero en los últimos años éstos disminuyeron y sus condiciones son cuestionables.

Fue Armando Ávila Moreno, vicepresidente de manufactura de Nissan Mexicana, quien en octubre de 2011 le expuso al gobierno estatal la intención de invertir 2 mil millones de dólares en una nueva planta. A cambio exigió condiciones preferenciales: que se le donaran aproximadamente 500 hectáreas de terreno y se desarrollara infraestructura suficiente para dar viabilidad a su inversión.

El gobierno aceptó. Entre 2011 y 2014 adquirió, a través del Fideicomiso de Inversión y Administración para el Desarrollo Económico del Estado (FIADE), 523.9 hectáreas de los ejidos Peñuelas, Mon-toro y Cotorina por un monto superior a 814 millones de pesos, y posteriormente donó 437.84 hectáreas a Nissan Mexicana. El acuerdo del Comité Técnico en el que se aprobó la compra y donación de las tierras, igual que todas las actas de sesión de ese organismo, está clasificado como información reservada.

Con el argumento de que se generarían 3 mil empleos directos, en 2012 el Congreso local autorizó a Lozano para contratar deuda pública hasta por mil 55 millones de pesos. Además de los terrenos, que ya habían comenzado a adquirirse, con la deuda se otorgarían otros incentivos a Nissan y se construiría infraestructura urbana para su nueva planta.

Reformas a la medida

En 2012 Carlos Lozano envió una iniciativa de reforma al artículo 14 de la Ley Patrimonial que le permitiría donar bienes públicos sin solicitar la aprobación del Poder Legislativo -lo que implicaba negociar con otras fuerzas políticas- ni detallar las condiciones u objetivo específico de las donaciones.

Además del perredista Gilberto Carlos Ornelas, que votó en contra, siete priistas encabezados por el diputado Gabriel Are-llano dejaron el recinto para abstenerse de votar.

Al preguntarle a Arellano si existió presión del Ejecutivo estatal, relata: "Sí la hubo. Recuerdo muy bien a uno de los diputados que estaba ahí y le habló el jefe de gabinete (Javier Aguilera); lo puso en altavoz: 'Son indicaciones precisas, no sé...

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