"Ya no más intimidaciones", exige la familia

AutorNoé Zavaleta

SOLEDAD ATZOMPA. VER.- "Queremos que haya justicia. Ya no más intimidaciones", dice Martha Inés Ascencio, una de los seis hijos que tuvo Ernestina Ascencio Rosario, indígena de 73 años asesinada en 2007 presuntamente a manos de miembros del Ejército en la comunidad de Tepetzintla, en la parte alta de Soledad Atzompa, en la Sierra de Zongolica.

El homicidio que hace más de una década sacudió a México fue abordado recientemente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh) y por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El pasado 10 de diciembre, Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, anunció que la Fiscalía General de Justicia de Veracruz reabrirá el caso "hasta agotar todas las líneas de investigación".

De acuerdo con las acusaciones de los familiares de la víctima, el 25 de febrero de 2007 la señora Ascencio fue atacada sexualmente por varios soldados mientras pastoreaba a sus borregos.

-¿Justicia es que los militares que la privaron de la vida vayan a la cárcel? -se le pregunta a la hija de Ernestina.

Martha encoge los hombros, responde en náhuatl y asiente con la cabeza mientras se recarga en el modesto taller de muebles rústicos que su marido, Jorge, tiene en la sierra.

De 51 años, esta mujer dice que la reparación del daño tendrá que estar acompañada de un patrimonio, no para los hijos de Ernestina, sino para sus nietas.

-¿Qué tipo de apoyo? -Un proyecto productivo.

Desconfianza

Al intérprete que acompañó a Proceso le llevó casi 10 minutos convencer a Martha Inés de hablar con este semanario.

La mujer cruzaba los brazos y hacía muecas... Después recordó que la intimidación que sufrieron vino de varios frentes, como el de su hermano Julio Inés Ascencio, muerto hace un año "porque cayó en el vicio". Cuenta que él la "presionaba" a ella, a sus cuatro hermanas, Juana, Martha, Carmela y Candelaria, y a su hermano Francisco para que "ya no se moviera nada y dejar todo por la paz".

A Julio, dice ella, lo cooptaron los enviados del gobierno del entonces gobernador Fidel Herrera, cuando le llevaron a su casa un camión lleno de cerveza y licor.

Otro de los hostigadores contra la familia, menciona Martha Inés, es René Huerta Rodríguez, expresidente de la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica.

Huerta, agrega Agustín, esposo de Martha, se quedó con la "indemnización" que el gobierno de Herrera dio a la familia: una...

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