"Ya no podemos más"

AutorSara Pantoja

La realidad se impuso ante las autoridades federales y locales. Después de 26 semanas con el Semáforo Epidemiológico en naranja, con 12 "alertas al límite" y una "emergencia", el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; y el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, anunciaron que vuelven al rojo las dos entidades que forman la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

Este endurecimiento de las medidas, en el que las actividades económicas no esenciales están suspendidas hasta el 10 de enero próximo, ocurre en un contexto en el cual los contagios y decesos por covid-19 no tienen freno desde octubre último.

Los pacientes con SARS-CoV-2 tienen al sistema de hospitales capitalino y mexiquense en 75% de saturación. Lo peor es que el personal médico está a punto del colapso por agotamiento físico y psicológico.

En la esquina de la muerte

El lunes 14 la Ciudad de México registró 4 mil 598 hospitalizados en atención general y terapia intensiva, equivalentes a 66% de ocupación hospitalaria. Dicha cifra rebasó el pico más alto que se tuvo en mayo, el día 22, con 4 mil 553 camas ocupadas.

Dos días antes, el 20 de mayo último, la jefa de Gobierno presentó el Semáforo Epidemiológico y dijo que la ciudad se mantendría en rojo, al menos hasta el 16 de junio.

De acuerdo con la página de Datos Abiertos del gobierno capitalino al corte nocturno del jueves 17, las hospitalizaciones ya sumaban 4 mil 938 en la ciudad y 6 mil 957 en la ZMVM. La zona conurbada ha sido el epicentro nacional de la emergencia sanitaria desde la detección del primer caso, el 27 de febrero pasado.

En medio de la crisis causada por el covid-19, las autoridades locales y federales repitieron constantemente el llamado a quedarse en casa y no hacer fiestas; advirtieron que médicos, enfermeras, camilleros, paramédicos y demás personal de salud ya están cansados tras los 10 meses que llevan en la primera línea de atención de la pandemia.

Médico-urgencióloga del IMSS y del ISSSTE, Marisol Tapia empezó a sentir hace dos semanas los mismos síntomas que padeció en agosto último, cuando fue diagnosticada con el Síndrome de Burnout -estado de agotamiento mental, emocional y físico, consecuencia de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral-. "Es como estar en la otra esquina de la muerte", explica.

"La psicóloga del IMSS me hizo el test y me dijo: 'Tienes el puntaje mayor de Síndrome de Burnout que he visto en mi vida. Estás totalmente agotada, con ideas suicidas y homicidas'.

"Mi cuerpo me pedía dormir todo el día porque ya no podía más, o si no, me daba insomnio. Empecé a tener terribles crisis de ansiedad, a estar muy agresiva con mi hija; totalmente estaba desbordada. Dejé de cocinar y de hacer muchas cosas, aun cuando soy hiperactiva. Me preguntaba '¿qué me pasa?'."

Varios de esos síntomas los han manifestado al...

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