Que no quede huella

El presunto asaltante que operaba en la zona norte y fue capturado el miércoles por ministeriales, confesó ayer que antes de cometer un atraco tomaba la precaución de cubrirse los dedos con un "curita" o cinta adhesiva.

Roberto Solís Mendiola, de 48 años, reconoció ante el Ministerio Público que la intención era no dejar sus huellas dactilares en los negocios que asaltaba, para no facilitar su identificación a la autoridad.

Solís Mendiola, quien también se hacía llamar Roberto Garza Hernández, también confesó 6 asaltos y delató en la fiscalía a sus dos cómplices a los que sólo identificó como "El George" y "El Mike" y con los que presuntamente cometió 6 asaltos.

Precisó que este grupo estaba operando desde hace cuatro meses cuando conoció a "El George" con quien se contactaba por teléfono y antes de cometen un asalto se reunían en una cantina de la Avenida Aztlán para afinar detalles.

Agregó que en los últimos días, antes de ser aprehendido, se sumó "El Mike", quien llegó con "El George" para participar en los atracos a la carnicería Cantú y a una farmacia y consultorio médico.

"Para no dejar huellas me ponía una curita en cada dedo, se lo ponían ‘El Mike’ y ‘El George’, y yo también lo hacía... ‘George’ me contactaba por teléfono y nos citábamos en la cantina para ir a asaltar, como yo traía un carro entonces yo ponía el carro", dijo en entrevista al ser presentado ayer.

El 3 de enero el detenido, quien también se identificaba con el nombre de Alejandro Garza Hernández, escapó tras disparar contra dos policías estatales que lo...

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