Por qué (sí) (no) votar

AutorSabina Berman

Escribo para decirles que les asiste la razón: votar desde el desencanto es mucho peor que no votar. Por favor no voten desde el desencanto. Voten únicamente si tienen un candidato o candidata que les entusiasme. De la que puedan decir, del que puedan decir, entiendo su propuesta para usar el poder, sé que si gana, gano con él, con ella. Mi entorno cambiará para mejor. Votaré por él, por ella, con una sonrisa de esperanza bien informada. Votaré desde el entusiasmo.

  1. No, no voten de otra forma. No voten si para ello han tenido que elegir entre un candidato malo y otro peor. Entre un corrupto probado y otro que podría ser corrupto. Entre un candidato criminal y otro que no tiene ningún plan para atarles las manos y los pies a los criminales. Entre uno que presenta un plan increíble para mejorar la economía de su región y otro que ni siquiera ha aludido en su campaña a la economía.

    No deshojen esa margarita triste que les ofrece nuestra mala democracia. Mejor que deshojar la margarita que les acerca esta casta política mediocre, es no votar. Es lo mejor que pueden añadir al país, no votar por lo mediocre. No conformarse. Exigir más. Alzar la frente y alzar la vara de la política.

  2. No crean en las arengas de los que piden su voto para salvar a la democracia electoral. Los que les dicen que no habrá más elecciones si la gente no vota. Que no votar es la antipolítica. La antidemocracia. Pamplinas, tonteras, amenazas vacuas.

    La democracia electoral no desaparecerá aun si vota únicamente un 5% de la población. Las elecciones son hoy día la única fuente de legitimidad de este Estado no democrático: no democrático en todo, excepto las elecciones. No crean ese fantasma verbal. Ese espantabobos. No sean los bobos de los políticos regularzones: no votar por ellos es respetar el voto. Es apreciarlo. Es salvaguardar su dignidad.

  3. Tampoco crean el galimatías del voto nulo como opción. Anular el voto es anularlo, no hay más. Los votos nulos no sirven de nada. A nadie preocupan porque nada dicen. Dicen: nulo. Los políticos lloran de risa ante esos votos que suman en su contra la fabulosa cantidad de cero.

  4. El verdadero peligro es que ustedes al votar acepten que este es el techo posible de la democracia. Que interioricen esa aceptación, ese conformismo. Que a partir de votar sin entusiasmo dejen de imaginar que este país podría ser distinto. Y que transmitan a los políticos que esta medianía, este estancamiento de la democracia, es aceptable.

    Lo que...

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