Nostalgia "ciudadana"

AutorJohn M. Ackerman

Si bien estos tres personajes públicos disfrazan su discurso en un halo "ciudadano", lo que buscan en realidad es retornar a las estrategias fallidas del pasado enarboladas por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Aquellas estrategias se hacían pasar como de "mano dura", pero en realidad se basaban en la complicidad absoluta entre los cuerpos de seguridad y la delincuencia organizada.

Los actuales niveles de delincuencia e inseguridad en México son inaceptables, sin duda. Y las críticas y las propuestas en la materia son sanas y productivas. Sin embargo, para poder avanzar es importante primero deshacernos de los prejuicios del pensamiento (neo)liberal.

El enfoque de Ramos, LeBarón, Sicilia y otras voces similares no es, en realidad, "ciudadano", sino estrictamente "antigubernamental". Insisten en poner a López Obrador en la misma categoría que Peña Nieto y Calderón por el simple hecho de que los tres han ocupado el mismo cargo público. Su dogmatismo ideológico no les permite entender que la función del "gobierno" no es siempre la misma en todos los contextos históricos.

Por ejemplo, cuando los aparatos de seguridad del Estado sirven a un gobierno cuyo principal propósito es el saqueo de los recursos naturales y el enriquecimiento de los altos funcionarios, por supuesto que sus funciones principales son el control social, la represión y la simple administración de la delincuencia.

Pero cuando estas mismas corporaciones de seguridad reciben órdenes de un gobierno cuyo propósito central es mejorar el bienestar del pueblo y fortalecer las instituciones públicas, entonces sus funciones principales son justo lo contrario: la protección ciudadana y el combate frontal al crimen.

La terrible crisis de inseguridad que sigue afectando al pueblo mexicano no es culpa de López Obrador, sino de la combinación de décadas de saqueo económico, más de dos lustros de una errada estrategia de "guerra" y una profunda corrupción e ineficacia de los aparatos de seguridad. Así que, al dar un giro de 180 grados en la estrategia de seguridad pública, el gobierno actual avanza por el camino correcto.

En primer lugar, se ha establecido una separación estricta entre las corporaciones de seguridad y el crimen y se encuentra en curso una profunda limpia anticorrupción en todos los niveles del gobierno. Ya no se tolerarán las estrategias al estilo de García Luna o Miguel Ángel Osorio Chong, de negociación con los...

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