Notre Dame

AutorFabrizio Mejía Madrid

Una de las muchas preguntas que asaltaron a los primeros lectores de la historia de amor del jorobado Quasimodo y la gitana Esmeralda fue por qué la iglesia que se describía, Notre Dame, no se parecía a la real. La respuesta es que se trata de un recuerdo traumático de la infancia de Víctor Hugo: su padre ordena el cañoneo de la catedral de Burgos, en España, modelo de la iglesia cuyas campanas toca el jorobado sin alcanzar a escucharlas. Burgos, otra creación literaria, gracias al Cid.

La gitana Esmeralda es un recuerdo de ese mismo viaje de ocupación. Se trata del primer enamoramiento de Hugo -que serían legión-: Pepita, hija del Marqués de Montehermoso, Ortuño Aguirre, y de la concubina del propio José Bonaparte, María Pilar de Acedo y Sarria. Pepita, a sus 16 años, le dará su primer beso a un Victor Hugo que apenas tiene 10. Será ella a la que busque con obsesión, novela tras novela, y acabará casado con una réplica suya, Adéle Foucher. Es a ella a quien le escribe su primera novela, Han de Islandia, una historia en clave sobre la oposición de los Hugo a que se casara con una claseme-diera endeudada. Hugo se casará con ella hasta que la agonía de su madre se lo permite. En Han de Islandia, Hugo crea al personaje del enano, que es una contraparte de Cristo: en su deformidad están los vicios de los demás, de los que lo humillan. Cuando se publica -en 1823- la novela desata una "enanomanía" en Europa, vista como un componente indispensable de la "literatura gótica", esa que, según Ricardo Piglia, existió entre la muerte de Dios y la invención del psicoanálisis. La idea será reusada en Nuestra Señora de París, ahora con un jorobado, el que probablemente sea un sietemesino con hidrocefalia. Pasará al cine mudo y, luego, hasta el animado -basado en los propios dibujos de Hugo-, pero no es la historia que el novelista hábilmente tejió: el gótico, las reivindicaciones románticas, sólo pueden entenderse después de la desolación que dejó por toda Europa la guerra napoleónica. "Los desastres de la guerra" de Francisco de Goya provienen de la misma cauda que Los miserables de Victor Hugo.

Para el año en que está escribiendo Nuestra Señora de París, con el recuerdo infantil de las torres de la catedral de Burgos bombardeadas, Pepita besándolo, y sus poemas en un español muy aproximado, Victor Hugo enfrenta la crítica de la Academia francesa, que juzga al romanticismo como "la copia de los genios barbáricos, Shakespeare y Lope de Vega, en un caos de...

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