Una nueva era

AutorJohn M. Ackerman

En 1992 Francis Fukuyama anunció el supuesto "fin de la historia" a raíz del derrumbe del comunismo en Rusia y Europa del Este. Hoy somos testigos de lo que podríamos llamar "el fin del fin de la historia". De nuevo se configuran dos polos en disputa, pero esta vez la batalla no será entre los países del "primer" mundo y del "segundo", sino entre los de arriba y los de abajo al interior de todos los países del planeta.

Estados Unidos llega tarde a la ola mundial de repudio a un sistema plutocrático que cada vez genera más desigualdad y aleja al ciudadano común de la política. La rebelión empezó en Sudamérica con una serie de históricas victorias populares de la izquierda en Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Posteriormente hubo réplicas fallidas en el Medio Oriente con la Primavera Árabe y, en Estados Unidos, con Occupy Wall Street. Y en los años recientes la ola de repudio al statu quo ha encontrado una causa electoral en movimientos como el de Syriza en Grecia, Podemos en España y los fenómenos de Jeremy Corbyn en Reino Unido y Bernie Sanders en Estados Unidos.

La reacción de la derecha más retrógrada a esta ola de movilización popular a favor de una justicia verdadera y la democracia auténtica no se ha hecho esperar. Michel Temer, Mauricio Macri, Marine Le Pen, Henry Ramos Allup y Donald Trump son las caras más visibles de un sistema de privilegio oligárquico que se niega a morir. Frente a la amenaza que implican los movimientos a favor de la democracia popular, los dueños del mundo han decidido despojarse de sus hipócritas máscaras de "demócratas liberales" para entrar directamente en la lucha descamada en defensa de sus intereses.

Trump constituye, desde luego, una amenaza seria para el mundo entero, y para México y los mexicanos en particular. A lo largo de su campaña electoral Trump nunca dudó en demonizar al pueblo mexicano con insultos racistas y epítetos culturalistas, así como amenazar con deportaciones masivas de mexicanos, la construcción de un muro en la frontera y una guerra económica en contra del país. Tal como lo ha comentado Rafael Barajas, El Fisgón, los mexicanos cumplimos la misma función para Trump que los judíos cumplieron en su momento para Adolfo Hitler. Somos los chivos expiatorios para los graves problemas económicos y geopolíticos que hoy sufren los estadunidenses.

Pero las diferencias entre Trump y Clinton son más de forma que de fondo. El Partido Demócrata y el Partido Republicano constituyen dos...

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