La nueva reina del boxeo mexicano

AutorRaúl Ochoa

Crecio en el ambiente del pugilismo: su padre, Julio El Canelito Luna, fue boxeador profesional y sus dos hermanos, Wendy y Julio Jr., también se juegan la vida en los cuadriláteros.

Esta historia comenzó como una diversión entre hermanos: creyéndose boxeadores, se ingeniaban los récords más alucinantes para un pugilista, de tal manera que Julio Jr., se anunciaba como el mejor del orbe, con una marca de "100 peleas invicto por la vía del nocaut". Por si eso no bastara, en el palmares del pequeño tampoco había ningún empate o combate perdido.

A los seis años, con su padre todavía activo en el boxeo rentado, desafiaba al hermano menor echando a volar la agudeza y sólo para llevarle la contraria presumía un récord por demás impactante: "¡200 peleas disputadas, sin derrotas ni empates!".

"Nos divertíamos mucho, pero ahora sabemos que esto no es un juego y que tenemos que hacerlo con dedicación y disciplina", recuerda Yulihan Alejandra Luna Ávila.

Ahora, muchos la identifican por su apodo: La Cobrita, porque al causante de este sobrenombre, el exboxeador José Rojas, le parece que sus movimientos arriba del ring son similares a los de una serpiente antes de atacar.

Yulihan es como las cobras que "se mueven de un lado para otro y, de repente, lanzan la mordida. Mueve la cintura y de pronto conecta el jab, parecido a la mordedura de una cobra".

El 31 de octubre último, Yulihan Luna, de 26 años, se movió veloz y, con pegada fuerte y constante, despojó con todas las de la ley del título mundial Gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) a la favorita y referente del boxeo femenil mexicano, Mariana Barbie Juárez, de 40 años, quien defendió su reinado durante una década.

La decisión fue unánime en favor de Yulihan: 80-72, 80-72 y 79-73. Sin embargo, tras el desenlace de la contienda efectuada en Cancún, Mariana Juárez exigió que se revisaran los guantes y el vendaje de su oponente por estar presuntamente alterados.

Desde el round 7 -de los 10 pactados para el combate-, cuando el semblante de Juárez ya lucía dañado y sangraba copiosamente por la nariz, la monarca en desgracia acusó a La Cobrita de que algo extraño traía en sus guantes.

Todo eso ocurrió mientras La Cobrita marcaba el tiempo de la pelea y se encargaba de mantener la distancia de la oponente, respaldada en el jab que impactó una y otra vez en el rostro de la Barbie, quien nunca pudo descifrar la estrategia en un pleito de un solo lado, y que tuvo como ingrediente la presencia de aficionados...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR