Nuevas revelaciones de Emma Coronel, la esposa del "Chapo"

AutorJ. Jesús Esquivel

El mes de febrero en Nueva York suele ser gélido, pero en 2019 se está bien. Aunque hay ruido en el ambiente y música de fondo, está templado y se puede charlar. Las audiencias en el juicio del Chapo han concluido, el veredicto de culpabilidad se pronunció, y Emma Coronel tiene muchas cosas que decir. Abro la conversación.

-Emma, ¿cómo viste el juicio de tu esposo, Joaquín El Chapo Guzmán? ¿Qué te llevas?

-¿Qué me llevo? ¡Con que me lleve a Joaquín! Con que me lo llevara a él estaría bien... -responde, entre risas. -Sigue, sigue.

-Espérese, vamos a empezar de nuevo. Fue un chascarrillo. -Es que esa respuesta refleja que eres una mujer... -Namás quise bromear. Es que me pone nerviosa cuando le aplasta ahí-dice, refiriéndose al botón de rec de mi grabadora. Ella misma retoma el hilo.

-Cada día fue diferente, hay días que me sentía triste, que me sentía cansada. No voy a negar que me daba tristeza cuando escuchaba a personas decir tantas cosas que supuestamente ellos sabían del Señor... Claro que me daba tristeza escuchar cómo unas personas que supuestamente se decían sus amigos hablaban tan mal de él.

-¿Te sentiste traicionada? Piensa un instante y dice: -Pues es que no estaban hablando de mí los testigos, estaban hablando de él. Traicionada directamente, no. Y a través de él tampoco, porque, eh, en el juicio no se habló nada que yo no supiera.

-Y cuando escuchabas a los fiscales tan fríos, enfocados en señalar a tu esposo como el responsable de todo lo que ocurre en México, ¿qué pensabas?

-No me lo tomé tan personal. A fin de cuentas es su trabajo: es el gobierno, es la cara que tienen que presentar. Es el papel en que se tienen que meter, y no van a venir a hablar bien de él. Durante años han dicho tanta cosa de él, ¡ahora era cuando tenían que lucirse, hacer el show y demostrar justamente tanta cosa...! No, no esperaba que hablaran bien de él. No esperaba menos.

-¿Tú ya estabas preparada, entendías más o menos lo que iban a decir de tu esposo?

-Cosa por cosa, no; pero más o menos sabíamos los temas de los que estaba acusado, de lo que iban a hablar. Es como cuando uno se mentaliza a que va a hacer frío o va a hacer calor, y va preparado para ciertas cosas. Nada me sorprendía aunque no conociera a detalle cada cosa.

-Tú también te convertiste en un factor de atención para los medios.

-No sé por qué, si yo me comporté como cualquier persona normal. Muchas veces yo decía: "Pero pues la atención está allá, Joaquín está allá, los testigos están allá..." Hasta ahorita no entiendo por qué hay mucha atención sobre mí, si no me veo del otro mundo.

-¿Eres una mujer normal?

-Yo me considero una mujer normal.

-Como esposa, ¿qué haces?

-¿Como esposa qué hago...?

-Sí, ¿haces de comer, planchas...?

-No sé hacer enchiladas -se carcajea-. No sé cocinar, pero me considero una persona normal, ¿eh?, como cualquier persona que tiene su esposo, que tiene sus hijos, que tiene su casa, que lleva a sus hijos a la escuela...

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