El nuevo acuerdo de paz, en la mira de los señores de la guerra

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no sólo son la única guerrilla en el mundo que ha firmado dos acuerdos de paz en 59 días, sino también la más tercamente empeñada en dejar las armas e incorporarse a la vida civil, pese a todos los obstáculos que le ha puesto la extrema derecha para que concrete esos propósitos.

Y es que, según dice el senador Iván Cepeda, en Colombia la extrema derecha no es una abstracción ideológica. Es un entramado en el que confluyen latifundistas, empresarios, caciques políticos vinculados a las mafias regionales y un nuevo tipo de paramilitarismo que está agazapado en la delincuencia organizada y tiene mucho poder de fuego.

Para Cepeda, esos intereses defienden el statu quo de la guerra y tienen en el expresidente Alvaro Uribe y en los dirigentes de su partido, el Centro Democrático, a sus voceros políticos.

"En este país tenemos muchos señores de la guerra cuyos intereses se mezclan particularmente en las regiones", asegura el congresista del izquierdista Polo Democrático y facilitador clave de las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.

Uribe y sus aliados encabezaron la campaña por el "No" al acuerdo de paz firmado el pasado 26 de septiembre en Cartagena por el presidente Juan Manuel Santos y el comandante en jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, Timochenfeo.

El 2 de octubre ese pacto fue derrotado por un estrecho margen, de menos de medio punto porcentual, en un plebiscito.

Pero el pasado jueves 24, sólo 53 días después de esa derrota, Santos y Timochenfeo firmaron un nuevo acuerdo que incorporó varias de las propuestas de los promotores del "No".

Esta semana, a partir del martes 29, ese texto será refrendado por el Congreso, donde la coalición política del presidente tiene mayoría.

Santos y las FARC decidieron no arriesgarse a someter el nuevo acuerdo a otro plebiscito. No sólo porque puede volver a ser derrotado, sino también porque organizar esa consulta llevaría varios meses.

Uribe, sin embargo, anunció horas después de la firma del nuevo acuerdo que hará lo que esté a su alcance para impedir que sea refrendado e implementado por el Congreso.

El hoy senador quiere un nuevo plebiscito, lo que el gobierno ya descartó, y amenaza con convocar a un referendo mediante la recolección de firmas para impedir la implementación de los puntos más controvertidos: las penas alternativas para los jefes de las FARC responsables de delitos graves, y el derecho de éstos a participar en política.

Todo indica que, al igual que el derrotado pacto original con las FARC, suscrito ante una decena de jefes de Estado y 2 mil 500 invitados vestidos de blanco, este...

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