Y el nuevo gobernador llega a negociar

AutorJorge Carrasco Araizaga

Advertido sobre la reactivación de la guerrilla en la entidad, el gobierno de Enrique Peña Nieto terminó por acercarse a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), en un intento por contener la participación de grupos armados en el imparable reclamo social por los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos y desaparecidos en Iguala.

Esa decisión no cayó nada bien en círculos del Ejército por los alegados antecedentes del gobernador interino, Salvador Rogelio Ortega Martínez, con la guerrilla en México y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque en el entorno presidencial se asegura que la apuesta por el exsecretario general de la UAG busca tender puentes con los movimientos radicales ante la falta de lideraz-gos políticos en el estado.

Con Guerrero como uno de sus principales escenarios de contrainsurgencia del Ejército en el país desde los años sesenta, integrantes de esa fuerza equiparan la decisión de Peña Nieto con la de Felipe Calderón de negociar con la guerrilla, "pero ahora con más ventajas para los grupos subversivos".

En entrevista con Proceso, los militares revelan que tras los atentados del Ejército Popular Revolucionario (EPR) contra duc-tos de Pemex, entre mayo y septiembre de 2007 en Guanajuato, Querétaro y Veracruz, el entonces presidente Felipe Calderón le pidió a su secretario de la Defensa, el divisionario Guillermo Galván, que el entonces subsecretario de la Defensa Nacional, el también general de división Tomás Ángeles Dauahare, entrara en contacto con el EPR para negociar una tregua a sus acciones violentas.

"Dígale al general Tomás Ángeles que entable negociaciones con el EPR", refieren sobre la orden de Calderón al entonces titular de la Secretaría de la Defensa Nacional. El entonces presidente quería evitar que la guerrilla contaminara con más atentados su guerra al narcotráfico.

Precisan que el general ahora retirado se reunió con Felipe Canseco Cruz, al que identifican como brazo político del EPR, y los comandantes ítalo y Hermenegildo para decirles que el gobierno federal no estaba involucrado en la desaparición de dos de sus dirigentes en Oaxaca ese mismo año. El objetivo se logró, durante todo el sexenio no hubo más atentados guerrilleros, observan.

El general Ángeles confirmó en julio de 2012, en una entrevista desde la prisión con Carmen Aristegui en MVS Radio, que sí fue negociador con el EPR, aunque evitó precisar que fue por órdenes directas de Calderón.

"Yo recibí la orden de hacer una interlocución con el EPR. Se empezó a trabajar en ello (e) incorporé al director del Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional, a cargo entonces de Guillermo Val-dés) porque había necesidad de algún órgano político; qué mejor que él que tenía una estrecha relación con el presidente y a través de él se podían manejar muchas cosas", declaró en la entrevista.

Las fuentes militares aseguran que con la aceptación de Ortega Martínez como gobernador interino, Peña...

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