Nuevo proyecto, viejos conflictos

AutorArturo Rodríguez García

Durante casi dos años avanzó en la oscuridad el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), a construirse en el antiguo vaso del lago de Texcoco, donde ya se iniciaron los trabajos técnicos para la edificación.

Con una inversión estimada hasta 2020 de 141 mil millones de pesos (mmdp), el NAICM es una de las obras más costosas programadas por el gobierno, pero su proyección fue tan silenciosa que ni siquiera se incluyó en el Plan Nacional de Infraestructura presentado por el presidente Enrique Peña Nieto en abril de 2014.

No fue sino hasta su segundo informe de gobierno, el 2 de septiembre pasado, cuando Peña Nieto anunció la obra, que presentó ostentosamente un día después acompañado por el arquitecto británico Norman Foster y el mexicano Fernando Romero, yerno del empresario Carlos Slim. Para iniciar los estudios y evaluaciones de viabilidad, Peña Nieto invitó en marzo de 2013 al exgobernador de Hidalgo Manuel Ángel Núñez Soto, quien asegura a Proceso que antes del anuncio de septiembre se elaboraron análisis, trabajos con las comunidades, un plan financiero y diferentes estudios técnicos.

El 3 de septiembre la obra anunciada fue descrita por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, como "el esfuerzo en infraestructura más grande de los últimos años". Para su realización se puso a Núñez Soto al frente del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM). El funcionario asegura que después de los estudios se concluyó que construirlo en ese lugar (el lago deTexcoco) era técnicamente viable. Entonces se hizo el anuncio.

-¿Se consideró otra opción? -se le pregunta.

-No hubo otras opciones. Es un tema muy trabajado durante varias décadas, pero había faltado una decisión con visión de Estado que no fuera política, de partidos, sino que respondiera a la necesidad.

La pregunta era obligada. En 2002, cuando el gobierno de Vicente Fox enfrentaba la oposición a un proyecto similar, Núñez Soto, entonces gobernador de Hidalgo, promovió como alternativa, sin conseguirlo, la edificación de un aeropuerto en el Valle deTizayuca.

Según el funcionario federal, la diferencia es que el terreno de Tizayuca es de 900 hectáreas y en el del proyecto actual el gobierno tiene 12 mil 500 donde hay mayores demandas sociales y no se tiene la mejor calidad de vida. Luego, afirma, es un proyecto aeroportuario que dará suficiencia a la conectividad del país, pero "pensando en la gente" lo califica de "orden social".

Al preguntarle sobre la oposición de los habitantes de la zona al proyecto, confirma que sí había otra posibilidad: "En las charlas que tuvimos con los liderazgos de la región quedó claro que si el proyecto no se podía hacer (ahí), sería necesario hacerlo en...

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