El nuevo tango, sobre "trata" y ambientalismo

AutorVerónica Espinosa

GUANAJUATO, GTO.- Se llaman 34 Puñaladas, nombre que sacaron de la letra de una canción. Así lo quisieron porque sabían que, para quienes escucharan por primera vez de ellos a fines de los noventa, sería pronta la memoria para identificar qué música interpretan: el tango.

Mujeres víctimas de trata o los daños al medio ambiente y los recursos naturales, son algunos elementos de las nuevas letras de estas generaciones tangueras que, quizás, no podrán ver una nueva época de oro como la vivida muchos años atrás, pero que han consolidado un movimiento musical prestigioso que ya tiene su propia identidad.

Son el grupo más distintivo de la que se conoce como "generación de los 90", compositores e intérpretes del tango contemporáneo; acaban de ganar el máximo reconocimiento musical en Argentina, el Premio Gardel; por primera vez se presentaron en México y lo hicieron en este Festival Internacional Cervantino, en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas. Bajo el frío y la luna entre nubes, mostraron apenas los nuevos caminos del tango, del lunfardo, de la milonga. Sus letras con temáticas actuales, líricas, de hoy, se producen al final de un embudo por el que entran ritmos africanos, jazz, folclor latinoamericano, rock, clasicismo español e italiano, y música criolla.

Son los guitarristas Edgardo González y Maximiliano Cortés; Juan Lorenzo y Lucas Ferrara en guitarrones, y Alejandro Guyot como cantante y letrista.

34 Puñaladas se formó en 1998 y comenzó tocando en los escasos espacios semi-ocultos que quedaban entonces para los tangueros; el género languidecía, lejos del brillo que le dieron Gardel, Piaz-zola y Homero Expósito, o Sofía Bozán y Tita Merello.

"Cuando el grupo se forma, había algunos exponentes de antaño, pero se había perdido la escena tanguera en Buenos Aires. Una de las primeras misiones de nosotros como grupo era rescatar e interpretar un repertorio que se había dejado de tocar", recuerda Edgardo González en charla con Proceso después de ese primer concierto.

"Nos tomamos una línea estética de tangos lunfardos (basado en una especie de dialecto local surgido de las prisiones o barrios bajos que combina palabras de otros idiomas como el italiano), y 34 puñaladas es la última frase de un tango lunfardo de las primeras décadas del siglo XX", explica.

Las amplias influencias musicales que tienen todos los integrantes del grupo se convirtieron en un paquete de información que, en palabras del guitarrista, "dejamos que nos atraviese...

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