Obama: arrogancia e irresponsabilidad

AutorOlga Pellicer

Este es el primer paso hacia una de las decisiones más arrogantes e irresponsables que pueda emprender el gobierno de Estados Unidos. Bombardear durante dos o tres meses a un país sumergido en una violenta guerra civil, sin tener una idea clara de lo que se persigue, sólo puede conducir al desastre. En efecto, la complejidad de la situación en Siria hace particularmente desaconsejable la intervención militar "limitada" que se propone.

Se sabe que así no es posible destruir las armas químicas porque el proceso para librarse de ellas es largo y exige tener personal en tierra; que no podrán evitarse los efectos colaterales de los bombardeos sobre la población civil; que se puede debilitar el poder militar de Al Assad, pero que ello no conduce necesariamente a la instauración de otro régimen que ofrezca seguridad respecto a la democracia y los derechos humanos; se conocen los grupos tan diversos que luchan en la oposición y la presencia entre ellos del islamismo radical y los lazos con Al Qaeda; se sabe que existe el peligro de que las armas químicas existentes caigan en manos de estos últimos. En resumen, durante uno de los momentos más difíciles para tratar de influir sobre los acontecimientos, Obama decide intervenir.

Son muchas las consecuencias que semejante acción tendrá sobre la política internacional. En primer lugar, confirma la indiferencia e incluso la animosidad del gobierno de Estados Unidos hacia el derecho internacional y las instituciones encargadas de la paz y la seguridad internacionales, como las Naciones Unidas.

Cierto que el Consejo de Seguridad se encuentra paralizado, como en los momentos de la guerra fría, por la posición de China y Rusia, contrarias a actuar contra Siria. Pero esto no significa que sea justificable que una vez más Estados Unidos desconozca uno de los principios centrales del orden internacional contemporáneo, como es la prohibición del uso de la fuerza. Ésta sólo se permite con la autorización del Consejo, o cuando se ejerce en legítima defensa individual y colectiva en caso de sufrir un ataque armado. De ninguna manera puede sostenerse que la situación en Siria pone en peligro, como lo sostiene la resolución del Senado, la seguridad nacional de Estados Unidos.

La acción militar en Siria se propone en circunstancias donde los vientos no son favorables a tener solidaridad con la acción estadunidense. Para empezar, profundiza las tensiones con Rusia, motivadas, entre otras cosas, por el asilo concedido a...

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