Ante obesidad y sobrepeso, fracaso de políticas oficiales

AutorMathieu Tourliere

Cada año, el sistema de salud mexicano invierte 224 mil millones de pesos para combatir la obesidad y el sobrepeso, y aun cuando no está colapsado, "hay un gran riesgo de que si no ponemos un alto a esta tendencia de incremento", la sobrecarga sobre dicho sistema "no va a ser sostenible".

Quien lanza la voz de alerta es el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Pablo Antonio Kuri Morales.

El funcionario federal proporciona cifras: en el año 2000, la diabetes afectaba a 4.6% de los mexicanos; seis años después, la tasa se elevó a 7.3% y para 2012 se ubicó en 9.2%. Los años recientes, las muertes causadas por esa enfermedad siguieron una tendencia similar: pasaron de 85 mil en 2012 a 89 mil en 2013 y llegaron a 94 mil en 2014.

La semana antepasada, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirmó que el sobrepeso y la obesidad incrementan los riesgos de cáncer de colon, recto, esófago, riñon, mama, endometrio, cardias gástrico, hígado, vesícula, páncreas, ovarios y tiroides, y están vinculados con meningioma y mieloma múltiple.

"Estudios de la unidad de análisis económico de la Secretaría de Salud de 2015 estiman que el impacto de la obesidad y el sobrepeso -factores importantes para explicar la diabetes- tienen un costo directo de 151 mil millones de pesos e indirectos de 72 mil millones", sostiene Kuri.

Dice que si bien la atención y el diagnóstico están prácticamente cubiertos, hay problemas de financiamiento para ello y para el tratamiento por hemodiálisis. Y advierte: "Cuando los sistemas estatales de salud sean rebasados, no habrá recursos suficientes y puede convertirse en un problema muy serio".

La explosión del sobrepeso y la obesidad, dice el funcionario, se deben a la se-dentarización -hoy, los mexicanos pasan en promedio 6.5 horas del día frente a la televisión-, al incremento de la esperanza de vida, la falta de actividad física, así como a la proporción cada vez mayor de la comida chatarra y refrescos.

Cada año, una persona consume 163 litros de refresco en promedio. En 2013 se vendieron 214 mil toneladas de alimentos ultraprocesados, lo que colocó a México en el cuarto lugar a nivel internacional en este aspecto. En cuanto a la obesidad, ocupa el segundo sitio en el mundo -afecta a tres de cada 10 mexicanos- y el primero en materia de sobrepeso -siete de cada 10.

Kuri admite que el problema se gestó en las últimas tres décadas. ¿Qué falló...

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