Una odisea a través de América

AutorLaura Dixon /Pedro Noel /Andrea Arzaba /Sally Hayden /Mauro Pimentel/Selase Kove-Seyram

Abdul Majeed estaba a 8 mil kilómetros y un océano de su natal Ghana cuando atravesó la Depresión del Darién, la zona selvática que separa a Colombia de Panamá. Con él iban muchos otros migrantes: "Somalíes, indios, senegaleses, nepaleses, gha-neses, bengalíes, cubanos, haitianos y ni-gerianos", recuerda. Aunque la mayoría eran hombres y mujeres de entre 20 y 30 años, algunos habían traído a sus hijos. Su "guía" señaló hacia un sendero que serpenteaba por la selva. "Sigan por este camino. No está muy lejos", les dijo.

Lo que siguió fue una caminata de una semana a través de una densa e inhóspita selva llena de animales salvajes, narco-traficantes armados y traficantes de personas, en la que cada paso estuvo marcado por el miedo. En cierto punto el grupo se tropezó con el cadáver de una embarazada. "Yo estaba preparado para esto", dice. "Para morir. Todos sabíamos que de no tener éxito, nos convertiríamos en víctimas".

En lugar de enfilarse desde África al norte, hacia Europa, donde la crisis ha causado miles de muertes en el Mediterráneo, numerosos migrantes como Majeed han decidido dirigirse al oeste, volando a través del Atlántico en una ruta que los lleva, primero, a Sudamérica y, luego, a través de México, a Estados Unidos y Canadá.

Aunque esta ruta no obliga a los migrantes a cruzar el Sáhara o a atiborrar botes no aptos para cruzar el mar, una investigación de Journalists for Transparen-cy (Periodistas por la Transparencia, rama de Transparencia Internacional) y 100Re-porters encontró que este nuevo trayecto está plagado de corrupción y peligros.

Un equipo de periodistas de América y África, que observó en ambos lados del Atlántico los factores de la emigración africana y su nueva ruta a través de América Latina, encontró que, para cruzar las fronteras, los migrantes se apoyan en traficantes y coyotes que muchas veces los estafan.

Una familia iraquí, por ejemplo, le pagó a un traficante para obtener un vuelo a Ecuador, sólo para descubrir en el aeropuerto de Dubai que sus pasajes eran falsos. Funcionarios de muchas partes exigen "mordidas" para facilitar boletos y visas. Y en Brasil, guardias fronterizos corruptos sellan simultáneamente cientos de documentos de entrada... por la tarifa correcta, se queja un declarante.

Migrantes de Ghana, Camerún, Sene-gal, Siria y Afganistán dicen que han viajado decenas de miles de kilómetros, yendo y viniendo por continentes, y algunas veces caminando a través de selvas y valles, para llegar a sus destinos.

Una senda mortal

Para muchos el periplo se inicia con un vuelo sin contratiempos hasta Brasil o Ecuador. Pero luego el viaje se torna más...

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