Ojo con las pilas: Niños en peligro

Juguetes, controles remotos, relojes y cámaras fotográficas, entre otros objetos de uso cotidiano, funcionan con pequeñas y redondas pilas de botón que pueden ser muy peligrosas si están al alcance de un pequeño.

La ingestión accidental de objetos pequeños es común en la edad pediátrica, sin embargo puede costar más que la salud, la vida.

De los 5 mil 655 pacientes que acudieron al servicio de urgencias en el Hospital Universitario en los últimos 5 años, 344 fueron por ingerir algún objeto extraño.

De esos cuerpos extraños, 276 fueron objetos punzantes, como agujas, aretes, clavos, alfileres, 29 fueron pilas de reloj o de botón, y el resto, monedas.

Probablemente las pilas tipo botón son las que más daños y complicaciones ocasionan a corto y largo plazo.

RIESGO LATENTE

Los riesgos de las pilas botón aún no han adquirido el nivel de difusión que exige su peligrosidad.

"Una pila botón no sólo produce lesiones por obstrucción o compresión, también quemaduras y destrucción de tejidos cuando las sustancias corrosivas que contiene en su interior se liberan y producen daño en el tejido adyacente al sitio donde queda alojada", expresa la gastroenteróloga pediatra Idalia Cura Esquivel.

"Asociado al daño local también tiene un riesgo de toxicidad cuando sus componentes, como mercurio, litio, cadmio, manganeso, son absorbidos por el organismo y dañan otros órganos", expresa la también profesora titular de tiempo completo en la Facultad de Medicina, y del Departamento de Pediatría en el HU.

Cuando la pila se introduce en la nariz o el oído, las sustancias alcalinas pueden incluso perforar el tabique o la membrana del tímpano.

CASO TRÁGICO

Juanito, de 2 años de edad, jugaba con su teléfono celular de juguete mientras su mamá realizaba labores en el hogar. Su curiosidad lo hizo explorar el aparato.

Fácilmente abrió el compartimento que albergaba la pila tipo botón del juguete. Entonces la diversión se volvió peligrosa.

El niño, siguiendo su interés natural de conocer el mundo a través del contacto físico, se tragó la pila.

Su mamá lo escuchó toser como si se estuviera atragantando. Al revisarlo le observó un poco de salivación, pero no le dio importancia.

Horas más tarde el pequeño manifestó tos con flema. Sus padres lo llevaron al médico, quien indicó que se trataba de un proceso infeccioso de la vía aérea y le recetó un jarabe para la tos y nebulizaciones.

Al día siguiente, la tos persistente se acompañó de fiebre. El niño fue llevado a consulta, pero...

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