"Olvídense de los derechos humanos"

AutorTemoris Grecko

Rodrigo Duterte, presidente de un país pobre compuesto por 7 mil islas, le advirtió al de la nación más poderosa del planeta, Barack Obama, que no se metiera con él o lo llamaría "hijo de puta".

Obama no le hizo caso.

Y Duterte lo llamó "hijo de puta".

Ello sucedió el pasado lunes 5. Dos semanas más tarde, el martes 20, Duterte, de 71 años de edad, se dirigió a la Unión Europea: "¡Jódanse!".

No quiso dejar margen a la duda: "Lo repito: ¡Jódanse!".

Por si no quedara claro, elevó el puño derecho y mostró el dedo medio.

Entre ambos hechos, se refirió con desdén al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon: "Es un tonto", dijo.

El nuevo mandatario de Filipinas, que utiliza el puño de Manny Pacquiao para golpear a sus críticos, amenazó con hacer que su país abandone la ONU.

Sus seguidores, que aumentan con cada episodio de orgullo jocoso, se alimentan de la carcajada y el fervor. Y de lo que Duterte presenta como buenos resultados: más de 3 mil muertos en 11 semanas de la guerra contra las drogas que lanzó desde que tomó el poder, el pasado 30 de junio. Es una cifra menor comparada con los 100 mil que prometió matar durante su campaña presidencial. "Habrá tantos cuerpos flotando en la bahía de Manila que los peces van a engordar", ofreció.

Los métodos de Charlie Mike

Según los datos oficiales de la policía de Filipinas, sus agentes habían matado hasta el domingo 18 a mil 105 sospechosos de narcotráfico y drogadicción. Además, otros 2 mil 35 habían sido asesinados por desconocidos que, según observadores, son escuadrones de la muerte que operan con la protección o la tolerancia de las autoridades, e incluso individuos que aprovechan la oportunidad para saldar cuentas.

El lunes 19 Duterte solicitó a la población, de manera retórica, permiso para extender su guerra contra las drogas por seis meses más, ya que "no me di cuenta de qué tan severa y qué tan seria era la amenaza de las drogas en esta república hasta que me volví presidente".

Su campaña electoral se centró en un lema: "hacer que los gusanos salgan de la lata". Por eso, dice él, necesita más tiempo, aunque "incluso si quisiera no podría matarlos a todos, ya que el último informe (policiaco con nombres de sospechosos) es muy grueso".

Duterte fue alcalde de Davao, una ciudad de 2 millones y medio de habitantes en la sureña isla de Mindanao, tercera en tamaño en filipinas. Ocupó el cargo por 22 años, en el que la actividad de escuadrones de la muerte dejó por lo menos mil 400 asesinatos documentados por organismos de derechos humanos. La mayoría de las víctimas fueron identificadas como pequeños vendedores de...

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