Fue un operativo calculado

AutorGabriela Hernández

SAN BERNARDINO CHALCHIHUAPAN, PUE.- Los testimonios de los sobrevivientes de la Ley Bala, que presentan heridas similares a la que causó la muerte de José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, echan por tierra la versión que defiende el gobernador Rafael Moreno Valle de que el niño fue víctima de un cohetón que lanzaron los manifestantes en la protesta del miércoles 9.

Aún convalecientes, Martín Romero Montes, Hugo Jiménez Varela, Vicente Tecalero Jiménez y Filemón Pacio Grande-cuyas fotografías circulan en las redes sociales- no tienen dudas al señalar el origen de sus lesiones.

Son producto, dicen de los cartuchos de gas lacrimógeno que desde tierra y aire dispararon los elementos de la Policía Estatal de Puebla contra los pobladores de Chalchihua-pan, que ese día bloquearon por hora y media la autopista Puebla-Atlixco para exigir que el servicio del Registro Civil fuera restituido a las juntas auxiliares.

"Primero fueron los granaderos, pero luego atacaron al pueblo desde un helicóptero, fue como si estuviéramos en guerra", relata una joven, que igual que Tehuatlie Tamayo salió de la escuela poco antes de las dos de la tarde, justo cuando los uniformados iniciaron el desalojo.

Romero Montes, de 65 años, estaba parado al costado oriente de la vía, a pocos metros de donde se encuentra el pueblo. Iba a recoger a su nieto al otro lado de la autopista, donde se ubican las dos secundarias y el bachillerato a las que asisten los niños y jóvenes de la localidad.

Vio a los uniformados cuando avanzaron en bloque haciendo sonar escudos y toletes: "¡No pueden hacer esto. Hay muchos niños, acaban de salir de la escuela!", les gritó. Estaban a cinco metros de él. Lo ignoraron y empezaron a disparar cartuchos de gas sin importarles la presencia de mujeres -una de ellas estaba embarazada-, niños y ancianos.

Romero no pudo brincar el muro de contención de la carretera para correr como lo hicieron otros; trató de agacharse pero uno de los proyectiles lo impactó en la mejilla izquierda. Su fotografía circuló en los días siguientes en internet.

Hoy apenas puede hablar. Sus dientes están unidos por ligas, luego de dos operaciones en las cuales se le reconstruyó su quijada. Según sus hijos, quizá sea sometido a otra intervención quirúrgica.

Mediante señas y con ayuda de una foto en la que aparecen los artefactos que recolectaron los pobladores el jueves 10, Romero sostiene que su herida fue causada por un cartucho metálico en forma cilíndrica de unos 25 centímetros...

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