El opiáceo más letal

AutorMathieu Tourliere

En primer lugar, las muestras evidenciaron que los químicos reclutados por el narco habían sintetizado fentanilo, el potente opiáceo sintético que en los últimos años ha sustituido a la heroína en el millonario mercado de opiáceos de Estados Unidos, donde más de 2 millones de personas son adictas a la droga; en segundo, descubrieron que en ese lugar se elaboraron "pre-precursores".

En otras palabras, se fueron un paso atrás en la cadena de producción: elaboraron sustancias que les sirvieron para fabricar los precursores químicos que, a su vez, permitieron la síntesis del fentanilo.

De acuerdo con un boletín de la PGR emitido el 23 de noviembre, en el laboratorio -localizado en el poblado El Barreal, municipio de Culiacán- se decomisaron 182 litros de precursores líquidos y 40 kilos de sustancia sólida "para la elaboración de drogas sintéticas".

Este hallazgo aportó un elemento más a la retórica del gobierno estadunidense de Donald Trump, el cual afirma que México se convirtió en un centro de producción de fentanilo. El gobierno mexicano no reconoce oficialmente este hecho, pues la mayor parte del producto decomisado en el país proviene de China.

En 2006, las autoridades encontraron un laboratorio en Toluca, en el que detectaron trazas de fentanilo, pero sin el material para elaborarlo. Un químico detenido durante la operación dibujó la ruta de síntesis -es decir, la "receta"- para elaborar el opiáceo.

Ello hizo pensar que México se había convertido en productor del químico, pero en los siguientes años las autoridades mexicanas no encontraron más evidencias que lo confirmaran.

El fentanilo que confiscaban en Baja California, Sonora o Jalisco se encontraba ya elaborado -en polvo, pastillas y en ampolletas-. Los laboratorios clandestinos que encontraron eran utilizados para comprimir el polvo en pastillas, las cuales resultan mucho menos peligrosas -basta inhalar una cantidad ínfima de polvo para morir- y más fáciles de traficar.

En noviembre pasado, Proceso y el New York Times revelaron que el fentanilo importado por los cárteles proviene de China, pero pasa primero por Estados Unidos, y más precisamente por los centros de redistribución de los gigantes de paquetería como FedEx y UPS. En México, los grupos elaboran sus drogas de diseño y posteriormente las envían a Estados Unidos.

Ganando a la heroína

Fuentes de inteligencia de Estados Unidos y México dicen a este semanario que el bajo precio de producción del fentanilo y sus altísimos...

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