Óscar Hernández, el retorno musical de los dioses prehispánicos

AutorRoberto Ponce

Oír las ejecuciones musicales de Óscar Hernández transporta al escucha hacia universos místicos en donde el tiempo rompe su curso lineal, y la magia vibrante de la naturaleza se fusiona con los encantamientos, alegría y dolor ancestrales, para evocar y provocar el retorno a nuestra identidad.

"A medida que el hombre se sumerge en la insensibilidad urbana, va perdiendo la capacidad de percibir su entorno cultural que subsiste aún en la ciudad; por ello, nuestra naturaleza tiende a regresarnos a aquel mundo en los que los sonidos producidos o generados por ella misma, sirven para descubrir nuestra propia esencia como seres cósmicos", comienza diciendo Óscar Hernández Ferrusca (Tacubaya, Ciudad de México, 1965).

Hasta ahora, este músico e investigador de instrumentos prehispánicos e indígenas, guitarrista clásico y compositor, ha grabado cinco discos: Tonatiuhkualo. El sol eclipsado (1991); Raíces vivas. Música con instrumentos ancestrales del mundo (1992); Mictlán. La región de los muertos (1994); Litoral (1998) música New Age (o "nueva era" o "de las esferas" la llamó Jorge Reyes), con el pianista Leonardo Incháustegui, donde insólitamente fusionan música electrónica; y Yeica-ce. Música experimental (2000).

"Tengo demasiado respeto por esta música de los abuelos indígenas, no me gusta grabar sólo porque sí y mi interés es dar a conocer los sonidos auténticos. Sin ser purista, no soy partidario de utilizar sintetizadores sin ton ni son, pues el sonido debe ser lo más natural posible. Tampoco estoy de acuerdo en las mixtificaciones, esos danzantes denominados concheros que vemos junto a la Catedral Metropolitana tergiversan la mexi-canidad. ¿Cómo va a ser que bailando portaran aquellos tocados con penachos grandototes y las mujeres ayoyotes o co-yollis en los tobillos?

Por lo tanto, para mis discos Tonatiuhkualo, Raíces vivas y Mictlán decidí sumergirme en algún tema específico. Acudí a zonas arqueológicas como Tlapacoya, Acozac, que están hacia Ixtapaluca, Estado de México, no tan visitadas; Calixt-lahuaca, que se halla por Toluca; Santa, Cecilia, Tenayuca, además de las ya conocidas de Tlatelolco, Templo Mayor, la pirámide de Cuicuilco y San Pedro de los Pinos que es muy chiquita; pernocté en Malin-alco y en las espléndidas Teotihuacán, Ux-mal y Chichén Itzá.

Arte legendario

Su infancia son recuerdos de las enseñanzas que le proporcionó su abuelita materna queretana, María de la Luz Ferrusca.

"Cuando llegues a un lugar, saluda. Pide las...

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