La OSIM cierra año

AutorRaúl Díaz

Son los más de cien muchachos y muchachas que este año integraron la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM), cerrando su ciclo musical con un concierto singular efectuado en un espacio también singular, el rellano que bajo la horrible imitación de la osamenta de una ballena, está en el centro de la Biblioteca Vasconcelos.

Allí los ciento y tantos chavos de 10, 12, 15 años, provenientes de 21 estados de la república -más la Ciudad de México-, hicieron vibrar "de a deveras" a los algo así como mil asistentes. Los intérpretes se colocaron en círculo, el pódium quedó en el centro, y desde allí el director no sólo de la orquesta sino de todo el Sistema Nacional de Fomento Musical, El Ganso Eduardo García Barrios, condujo a sus jóvenes huestes por caminos no fáciles de transcurrir ya que, así fuese únicamente con su hermoso vals concebido durante la Guerra Civil Española, pero los chavales le entraron nada menos que a Shostakovich. Para abrir boca, había retumbado las rítmicas y festivas notas de La urraca ladrona, esa conocida y muy gustada obertura de Rossini.

Como de costumbre, de manera didáctica pero no doctoral para no aburrir a nadie, el director hacía pequeños comentarios sobre la pieza a ejecutar. Así se remontó a nuestras tradiciones y la emblemática isla de Janitzio, y recordó que Silvestre Revueltas es el más grande músico que ha dado México aunque, hay que decirlo aquí, aún no se le ha otorgado el reconocimiento que merece.

Otro grande de la composición mexicana se hizo presente, José Pablo Moncayo, y en esta ocasión la batuta...

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