La OSIP cierra temporada

AutorRaúl Díaz

Con un programa aparentemente por completo inconexo pero al que, visto con mayor atención, si puede encontrársele un hilo conductor, la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional (OSIP) cerró su primera temporada de este año bajo la conducción del maestro brasileño (aunque su nombre no lo indique) Lanfranco Marcelletti Jr. Y teniendo como solista al violín al joven mexicano Alfredo Reyes Logounova.

Integrado por la épica pieza Tierra de Temporal del mexicano José Pablo Moncayo, que sirviera para enmarcar el "clásico" de la danza moderna nacional, Zapata de Guillermo Arriaga, joya de nuestra Época de Oro, la -como su nombre indica- es-pañolísima Sinfonía española del francés Edouard Laló, y la maravillosa y apacible Sexta Sinfonía del genio alemán Ludwig van Beethoven, el programa recogió obra de tres compositores nacidos en tres siglos distintos y con formaciones igualmente distintas pero que, en una centuria igualmente distinta, la que vivimos, pudieron reunirse en un solo concierto. Parafraseando al poeta: ¡que maravilla poder vivir este tiempo!

Sin serlo estrictamente, cada una de las tres obras podría considerarse como "música de programa", ya que Tierra de Temporal se ilustra perfectamente en la danza que nos cuenta la vida, pasión, muerte y testamento de Emiliano Zapata, mientras que la Sinfonía española -que en verdad no es sinfonía, sino un concierto para violín y orquesta-, sin estar tan gráficamente descrita como la obra de Moncayo, sí nos va narrando, a través de sus cinco movimientos, diversos episodios de la vida española. Por su parte, la bellísima sexta está descrita por el mismo Beetho-ven como "Recuerdos de la vida en el campo en fa mayor" y, para mayor...

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