¡Oye, chico!

PASADENA.- La vida se empeñó en que Uriel Antuna viviera la noche más gloriosa en el 7-0 de México sobre Cuba.

El hombre que marcó el hat-trick en el debut en la Copa Oro no habría estado ni cerca de concentrarse con el Tri de no ser por las múltiples ausencias, por capricho, lesión o enfermedad.

Después no estuvo entre los 23 convocados, pero se quedó de comodín por si Edson Álvarez no se recuperaba; como eso no ocurrió, antes de irse al Galaxy se metió a la lista final gracias a que el nuevo lesionado fue Jorge Sánchez.

El titular por uno de los costados iba a ser Rodolfo Pizarro, pero una molestia física le impidió jugar y así, contra todas las posibilidades, Antuna salió en el once inicial y se robó la noche el Rose Bowl.

El futbolista estuvo en el tiempo y lugar indicado, con sus tres goles y una asistencia. Su largo peregrinar rumbo a la Copa Oro culminó ayer desde que al 2' empujó la pelota, en la cancha del Rose Bowl.

Raúl Jiménez marcó un doblete, mientras que el resto de las anotaciones cayeron por conducto de Diego Reyes y Alexis Vega.

El 7-0 se quedó corto. La estadística es brutal. México disparó en 30 ocasiones, pero 12 de ellas de manera desviada; en muchos de esos yerros estuvo Raúl, aún lejos de ser un "killer" como en el Wolverhampton.

Cuba hizo todo lo posible porque el daño fuera mayor. En dos de los goles sus defensas abanicaron la pelota, en otras jugadas perdieron la pelota en la salida.

México tocó la pelota 520 veces contra 224 de los cubanos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR