Un "pacto de impunidad" protege a las empresas del capo

AutorJesusa Cervantes

El Chapo fue recapturado y encarcelado el viernes 8, pero el patrimonio de su organización criminal continúa intacto: opera y lava dinero en el mercado mexicano a través de decenas de empresas de servicios.

Para ello el Cártel de Sinaloa utiliza restaurantes, gasolineras, inmobiliarias, casas de empeño o procesadoras de carne -entre otras- en entidades como Jalisco, Ciudad de México, Baja California o Puebla, según ha detectado el gobierno de Estados Unidos desde el 2000.

Las decenas de compañías del emporio criminal trabajan al amparo de las autoridades mexicanas, pues pagan impuestos e incluso algunas han sido subsidiadas por la administración federal, que las incluyó en padrones de beneficio agropecuario o de seguridad social. Es el caso de las corporaciones Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán, S.A. de C.V.; la Cooperativa de Avestruz Cuemir, S.C. de R. L. de C.V., o la estancia infantil Niño Feliz.

Además, dichas firmas boletinadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no han sido sometidas en México a "auditorías tributarias" debido a un "pacto de impunidad", sostiene Edgardo Buscaglia, investigador en materia de crimen organizado.

No se persigue a las corporaciones blanqueadoras aun cuando en abril de 2014 Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda, firmó con Washington un acuerdo que impide a personas y consorcios inscritos en dicha lista negra realizar operaciones en el sistema financiero de México. "O sea que el pacto de impunidad ya lleva el apellido Videgaray", sentencia Buscaglia.

Franquicias intocadas

El gobierno de Peña Nieto capturó por primera vez a Guzmán Loera el 23 de febrero de 2014 y "ninguna autoridad impulsó acusación penal alguna contra cualquiera de sus múltiples redes de socios y franquicias empresariales, o contra los políticos asociados a sus actividades; tampoco se le tocó ningún activo", reclama Buscaglia en su libro Lavado de dinero y corrupción política.

Ello, sostiene en entrevista con Proceso, obedece al pacto de impunidad "cada vez más descarado" que hay: "México es un país en que el lavado de dinero es tan alevoso y obsceno que un equipo de preparatoria detecta las redes patrimoniales. No necesitas ser el fiscal Giovanni Falcone (mítico perseguidor de la mafia italiana). Está a la vista. El pacto de impunidad se respira, se toca", acusa. Y lo mismo da, asienta, que el presidente de la República sea Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto.

Agrega que Estados Unidos, el semanario Ríodoce u otro medio pueden enumerar las empresas de los grupos delincuen-ciales y nada ocurre.

Entre noviembre de 2008 y julio...

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