Un país con sed de gasolina

La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de cerrar los ductos de gasolina para así combatir el robo del combustible, medida con la cual -según dijo el pasado 7 de enerose ahorrarían 2 mil 500 millones de pesos, provocó la escasez del combustible en algunas entidades federativas, con las consiguientes compras de pánico, largas filas en las gasolineras, así como multimillonarias pérdidas en la actividad comercial, empresarial y de servicios.

Aun cuando 62% de la población apoya la medida, según una encuesta del diario Reforma publicada el viernes 11, la Co-parmex aseguró la semana pasada que el cierre de los ductos ya causó pérdidas económicas por mil 250 millones de pesos en Michoacán, Querétaro y Guanajuato.

Esas entidades, lo mismo que Jalisco, el Estado de México y la Ciudad de México, vieron alteradas drásticamente sus actividades por la falta de suministro del combustible, y están viviendo escenas de desesperación que, a decir de algunos, sólo habían visto en "la Cuba comunista".

El aditivo que no llegó

Guanajuato vive una pesadilla con el desabasto de gasolinas que estalló en la entidad el viernes 4 y semiparalizó principalmente las ciudades del corredor industrial.

Desde principios de diciembre la refinería de Salamanca suspendió su producción; los taques se quedaron repletos de combustible crudo que no pudo ser procesado y distribuido a través del ducto Salamanca-León por la falta de un aditivo que desde fines de noviembre no fue abastecido.

Extrañamente, el gobierno federal no mencionó esta grave circunstancia al dar su explicación sobre los motivos del desabasto; se limitó a decir que cambiaba la distribución de ductos a pipas.

Juan Carlos Chávez, presidente de la Alianza Nacional de Trabajadores Petroleros, A. C., explica a Proceso: "La refinería de Salamanca dejó de producir energéticos los primeros días de diciembre. Los dos trenes de gasolinas salieron de operación por falta del MTBE (siglas en inglés del Éter Metil Terbutírico), insumo importante que se requiere para subir el octanaje".

Indica que el aditivo es importado de Texas y, por cierto, se considera un fuerte contaminante del agua y del subsuelo. Y aunque Estados Unidos lo tiene prohibido en su territorio, lo vende a países como México y Venezuela.

Agrega Chávez: "Sin el aditivo, se completaron los inventarios de la refinería con gasolina amarga, pero ya no se pudo seguir procesando, se pararon las plantas y se les empezó a dar mantenimiento preventivo. Los estados que están teniendo problema son los que surte la refinería de Salamanca".

Cuando ya se presentaba cierto desabasto en algunas gasolineras de Guanajuato, el diputado Ernesto Prieto, exdirigente estatal de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR