Palabras Del Licenciado Emilio Chuayffet Chemor, Secretario de Educaci

PALABRAS DEL LICENCIADO EMILIO CHUAYFFET CHEMOR, SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA, DURANTE LA INAUGURACIÓN DEL "MONUMENTO MAGNO CONMEMORATIVO DEL CENTENARIO DEL EJÉRCITO MEXICANO".

Señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos:

Señores presidentes de las mesas directivas de las cámaras de Diputados y de Senadores del Congreso de la Unión:

Señor presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

Señores secretarios de la Defensa Nacional y de Marina:

Señor jefe de Gobierno del Distrito Federal:

Distinguidos invitados:

Representantes de los medios de comunicación:

La identidad de México se revela en su fascinante travesía como nación. En el presente y el futuro de las personas e instituciones contemplamos, como dijo Ficino, que la historia es el espejo donde se refleja el rostro del hombre.

Hace más de cien años, el Porfiriato, epílogo doloroso de la sociedad mexicana del siglo XIX, había provocado un estado, que orilló a miles a aventurar su propia vida, con el fin de destruir el orden que los destruía.

Francisco I. Madero inició la lucha bajo el signo inspirador del respeto absoluto a la libertad.

No obstante, sus convicciones no fueron suficientes para superar los obstáculos que la reconstrucción entrañaba y, por ello, sucumbió ante Victoriano Huerta, quien desde la plena libertad que Madero defendía, atentó contra ella, bajo el pretexto de progreso, otra vez, del orden y el progreso.

La indignación que levantó el asesinato del presidente hizo eco en diversas regiones de nuestra geografía. El 19 de febrero de 1913, el Congreso del estado de Coahuila desconoció a Huerta y facultó al gobernador Venustiano Carranza para formar una milicia que defendiera el nuevo proyecto de país.

Comenzaba así la ejemplar y luminosa historia de nuestras Fuerzas Armadas. El general Felipe Ángeles, de irreprochable compromiso patriótico, sentenciaba a sus hombres: "Si están orgullosos de pertenecer al Ejército, es porque el Ejército es hijo del pueblo y la encarnación de las glorias patrias".

En esas primeras tropas militaron, además de la congruencia ética de Ángeles, la agudeza de Salvador Alvarado, la fidelidad de Jacinto Treviño, la determinación de Federico Cervantes, la valentía de Francisco Urquizo y Vito Alessio Robles, así como el incomparable genio de Álvaro Obregón.

Dieciocho meses median entre la Ciudadela y Teoloyucan. Dieciocho meses para que las fuerzas del usurpador se rindieran y fueran disueltas, bajo la convicción de los...

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