"Cárdenas Palomino, protector del narco en el aeropuerto"

AutorRicardo Ravelo

El tiroteo suscitado en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) el 25 de junio, en el que murieron tres elementos de la Policía Federal (PF), se originó por presiones y amenazas entre distintos grupos policiacos que se disputan el control del tráfico de drogas en ese lugar, afirman en entrevista con Proceso Daniel Cruz García y Zeferino Morales Franco, dos de los tres agentes prófugos acusados del homicidio de tres de sus compañeros.

Ambos sostienen que Luis Cárdenas Palomino, jefe de la División Regional de la PF, protege las actividades del narcotráfico en la terminal aérea y aseguran que sus principales contactos son José Antonio Dighero Medina, comandante en jefe de la PF en el AICM, así como los tres oficiales muertos en la balacera: Enrique de Jesús Pacheco Valdez; Josué Adán Ma-tadamas, jefe de turno del área de vialidad de la terminal aérea, y Fidel Rojas Martínez.

Daniel Cruz García, Zeferino Morales Franco y Bogard Felipe Lugo León están prófugos. Ubicados en un lugar del país donde se encuentran refugiados, los dos primeros contactaron a este semanario con la finalidad, dicen, de dar su versión de lo ocurrido.

La entrevista se efectuó después de la jornada electoral del domingo 1.

Cuando el reportero llegó al lugar del encuentro, Cruz García y Morales Franco estaban sentados en una sala en penumbras. Éste último mantenía la pierna izquierda en vilo y envuelta con una venda; al quitársela se podía ver el orificio que dejó el balazo que le penetró entre la tibia y peroné. A su vez, Cruz García tenía una venda en el antebrazo derecho, una sutura en los nudillos de la mano del mismo brazo y rozones de bala en la espalda.

La charla comenzó con Cruz García, quien expuso que la balacera del 25 de junio se originó porque su jefe inmediato, Enrique de Jesús Pacheco Valdez, llevaba varias semanas presionándolo a él y a su amigo Zeferino para que se involucraran en el narcotráfico. A esas presiones, comenta, se sumaron los oficiales Josué Adán Matadamas y José Antonio Dighero, este último comandante en jefe de la PF en la terminal aérea.

Cuenta Cruz García: "Unas tres semanas antes de la balacera nos comenzaron a chingar; que debíamos hacer lo que ellos nos ordenaran; que no fuéramos pendejos; que lo íbamos a tener todo en charola de plata porque ellos eran los amos y señores en el aeropuerto y estaban bien parados con Luis Cárdenas Palomino; que cualquier pedo ellos lo arreglaban.

"Yo le dije en varias ocasiones que no me iba a meter en nada y que si me seguían chingando los iba a denunciar. Esa advertencia los enojó mucho y las presiones siguieron aún más fuertes. En cualquier punto del aeropuerto donde nos encontrábamos me decía que si no aceptaba trabajar con el grupo me iban a desaparecer junto con mi amigo. Poco a poco se fueron calentando los ánimos entre nosotros.

"En otra ocasión el oficial Pacheco Valdez me dijo que ya no le hiciera al pendejo; que él estaba bien parado con José Antonio Dighero Medina, que era su mano derecha, y que si no aceptaba trabajar con ellos me iban a matar, que lo pensara bien."

-¿Ustedes qué entendían cuando su jefe les proponía trabajar con ellos...

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