El Papa en el polvorín brasileño

AutorRodrigo Vera

El próximo jueves 25 en Río de Janeiro el Papa Francisco bendecirá las banderas olímpicas como preámbulo de los juegos veraniegos que se realizarán en esa ciudad en 2016. Sin embargo este acto tiene muy preocupados al Vaticano y al gobierno brasileño, pues puede colocar al pontífice en el centro de las protestas contra los Juegos Olímpicos, que actualmente sacuden al país sudamericano. El Papa Francisco estará en Río de Janeiro del lunes 22 al domingo 28 para presidir la XXVIII Jomada Mundial de la Juventud (JMJ), que contará con la participación de millones de jóvenes católicos de todo el mundo y marcará la primera visita del argentino, ya como pontífice, a Latinoamérica.

Roberto Velázquez Nieto, investigador del Archivo Secreto Vaticano y especialista en relaciones internacionales de la santa sede, comenta a Proceso:

"Puede haber multitudinarias protestas contra la visita del Papa. Existe ese riesgo y lo saben muy bien el Vaticano y el gobierno brasileño. En estos momentos están muy nerviosos por lo que pueda ocurrir."

-¿Podría cancelarse la visita, como algunos señalan, para evitar los riesgos?

-¡No! ¡Imposible! El viaje no puede cancelarse, por la importancia de ese evento eclesiástico y porque estaba programado con mucha antelación, desde el pontificado de Benedicto XVI, quien planeaba presidir ese encuentro.

-Los brasileños protestan por lo costoso de la Copa Confederaciones, del Mundial de Fútbol y después las Olimpiadas. A esto se suma la onerosa visita del Papa. -Es cierto. Brasil acapara varios eventos internacionales: Copa, Mundial, Olimpiadas, visita del Papa. Se quiere comer al mundo de un bocado. Y las visitas papales representan un fuerte gasto para cualquier país anfitrión. El gobierno brasileño seguramente desembolsará mucho dinero en este viaje de Bergoglio.

-¿Ya se maneja cuánto costará?

-No, que yo sepa. Los costos de estas visitas no pueden manejarse con precisión pues desembolsan dinero los gobiernos, la iniciativa privada y los feligreses que dan donativos en especie o a través de cuentas bancarias abiertas ex profeso; muchos otros participan con trabajo voluntario. De cualquier modo siempre se hacen cálculos aproximados.

Para Velázquez Nieto el "acto más riesgoso" de la visita papal ocurrirá durante la bendición de las banderas olímpicas, pues ahí se conjugarán un acto religioso y otro deportivo, ambos de carácter internacional y muy onerosos para la población brasileña.

Agrega: "El Papa y el Vaticano aquí quedaron entrampados en un dilema muy difícil de resolver. Por un lado no...

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