Paso a paso, el último día de Lesvy

AutorRaúl Monge

La mañana del martes 2 de mayo Lesvy Berlín Osorio y su novio, Jorge Luis González Hernández, con quien vivía en unión libre desde el 28 de diciembre de 2016, despertaron como a eso de las 10:30 horas y se arreglaron para salir, pues él iba a desayunar con su mamá, María del Socorro Hernández Guevara, cerca del Metro Copilco.

En una reconstrucción de hechos a partir de las pruebas testimoniales que obran en la carpeta de investigación del caso, unos 40 minutos después, como a las 11:10 horas, ambos salieron del cuarto que habían alquilado semana y media antes, el 23 de abril, a María Elena Valver-de Ortiz, en la colonia Pedregal de Santo Domingo. Lesvy llevaba a su mascota, el perro Tío Michael. La pareja caminó unas cuadras y al llegar a la calle Delfín Madrigal se separó.

Jorge Luis, de 29 años, se dirigió a la estación Copilco y Lesvy, de 22, deambuló por el campus de Ciudad Universitaria (CU). Hacía meses que no trabajaba ni estudiaba. Su último empleo fue como mesera en un restaurante de Narvarte, donde intimó con un muchacho llamado Cristóbal, con quien vivió un tiempo después de salir de la casa materna. También interrumpió sus estudios en el CCH Sur, aunque tenía intenciones de regresar a las aulas, a la escuela de Artes Plásticas de la UNAM. Dominaba varios idiomas: inglés, italiano, japonés, catalán y latín.

La situación de Jorge Luis no era mejor. Estaba desempleado. El 28 de abril había concluido su contrato como auxiliar de intendencia en la UNAM y estaba en espera de amarrar una renovación del mismo. Aproximadamente a las 13:15 horas Lesvy alcanzó a su novio en el restaurante donde Jorge Luis todavía estaba con su madre. Los tres platicaron unos 10 minutos. Luego salieron a la calle y al filo de las 14:30 horas se despidieron.

Sin salir del perímetro de Copilco, Jorge Luis se comunicó luego por teléfono con su papá, Arturo José Luis González Trigueros, trabajador de la UNAM, quien le dijo que no estaba en su puesto de trabajo sino en el área de Relaciones Laborales del STUNAM, del otro lado de Insurgentes.

Como estaban relativamente cerca, Jorge Luis y Lesvy fueron hacia allá con su mascota. Padre e hijo platicaron un rato y cerca de las 15:30 horas cada uno se fue por su lado. Antes de la despedida, don Arturo le dio a su vástago 500 pesos para sus gastos.

De ahí, Jorge Luis y Lesvy se adentraron en CU, donde diariamente solían pasar la mayor parte del tiempo. No sabían si comprar cervezas, psicotrópicos o comida. Jorge Luis tenía deseos de ir al baño y entró a los de la Facultad de Arquitectura. Lesvy aprovechó el momento para soltar a su mascota y que jugara con otros perros.

Sin saber qué hacer, cambiaron de ruta y se enfilaron hacia la Facultad de Química, donde trabajaba su amigo, Carlos David Castro Bonilla, como auxiliar de intendencia. Al no encontrarlo, Jorge Luis y Lesvy decidieron ir a un expendio de comida, contiguo a dicha facultad, conocido como Las Postas, que atiende Beto, a quien apodan El Sopes. Mientras Jorge Luis conversaba con éste, Lesvy se comió unos chilaquiles con carne al pastor.

Alrededor de las 17:00 horas El Sopes le mandó un mensaje por radio a Carlos para que se dirigiera a Las Postas. Éste llegó una hora después, hacia las 18:00. Luego de ponerse de acuerdo con Jorge Luis y Carlos David, decidieron ir por unas cervezas a la tienda Oxxo de Eje 10 esquina con Odontología. Lesvy los siguió con su mascota.

Con el dinero que le había dado su padre, Jorge Luis compró la primera de...

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