Pavor a la transparencia

AutorJesús Cantú

Respecto al proceso de 2011-2012, los consejeros sí tomaron la precaución de aprobar previamente otro acuerdo que ordena la realización de estudios de la documentación electoral que se utilizó, y señalaron que para ello será seleccionada una muestra de casillas.

Sin embargo, respecto a lo sucedido en los comicios presidenciales de 2006, prefirieron cerrar los ojos y ni siquiera discutieron la realización de los mismos u otros estudios; en ese caso se destruirá toda la documentación, sin los análisis de participación electoral a partir de las listas nominales.

En estos momentos ya no se encuentra en el Consejo General del IFE ninguno de los consejeros que conformaban el órgano máximo de dirección en aquel momento; y, en caso de que se hubiesen aprobado los estudios, para cuando se realizaran el presidente elegido entonces ya habría concluido su mandato. Sin embargo, los consejeros prefieren no tocar dicha elección. Se repite así la historia de 1988, cuando los paquetes electorales fueron destruidos sin poder conocer sus contenidos.

Pero los consejeros también desperdiciaron la oportunidad de impulsar un auténtico ejercicio de contraloría social en el caso de la elección de 2011-2012 -donde no está en cuestión la sumatoria de los votos depositados en las urnas, sino la equidad en la contienda-, pues ni siquiera discutieron la posibilidad de poner a disposición de la comunidad académica, las organizaciones de la sociedad civil relacionadas con los temas electorales y la ciudadanía en general la documentación para que ellos también pudieran efectuar análisis que permitan perfeccionar los procesos electorales mexicanos.

El 30 enero de 1998, el Consejo General del IFE aprobó un acuerdo por ocho votos a favor y únicamente uno en contra a favor de esa posibilidad en relación a la documentación del proceso 1996-1997. Lamentablemente esa decisión fue impugnada por el Partido Revolucionario Institucional y revocada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Ese mismo primer consejo del IFE ciu-dadanizado, con únicamente dos consejeros diferentes, aprobó en octubre de 2003 el acuerdo que, por primera vez, permitió realizar los estudios a la documentación electoral. Pero sin que la comunidad interesada pudiera abrirla. Ahora, en una elección no cuestionada por la posibilidad de que hubiesen sido modificados los resultados en las actas, era el momento de tratar de avanzar todavía un paso más allá.

Pero el Consejo General del IFE...

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