Peaje bachiano (final)

AutorSamuel Máynez Champion

Así pues, para retomar el hilo narrativo, vale repetir que la muerte del sumo compositor acaeció en Leipzig el 28 de julio de 1750 y que por la trascendencia de su partida la musicología decretó que con él moría una época, es decir, con su defunción se dio por concluido el barroco, aunque los albores del rococó o clasicismo llevaran años de gestación. Asimismo, es de resaltar que el 28 de julio de 1992 empezó a manifestarse para mí, amable lector, la fenomenología aludida. Cuerdas de violín reventadas, un foco que estalló y la rotura conjunta de una maceta y un cuadro-un dibujo de Bach-, al tiempo de improvisarle un homenaje personal en mi morada italiana-residí en Milán de 1986 a 1994-fueron sólo el inicio.

Lo siguiente que viene a cuento tiene que ver con la decisión de volver a México y ponerme a pensar qué era lo que más habría anhelado antes de finalizar mi estancia europea.

Fue espontáneo imaginarme un viaje a los lugares bachianos, en aras de recorrerlos con el conocimiento de dónde él había compuesto cuáles obras. En un inicio creí que ese viaje había de hacerlo en tren y solo, pero inesperadamente entablé amistad con el ingeniero mila-nés Sergio Rossi, quien además de guitarrista aficionado era cultor de la música de Johann Sebastian. Cuando le comenté que no podía quedarme sin visitar las principales ciudades donde quedaba alguna huella de Bach, Sergio levantó las cejas con incredulidad, puesto que él acariciaba esa idea de tiempo atrás...

Armamos el itinerario y en él acomodamos los recorridos que podrían caber en los 3 días de los que ambos disponíamos faltando a nuestros trabajos. Por otra casualidad habrían de caer hacia finales marzo de 1993, por lo que los hicimos coincidir con el natalicio de nuestro amado músico (Bach nació el 21 de marzo de 1685). Dada la estrechez de tiempo, Sergio discurrió irnos en su coche para cubrir los 800 kilómetros de distancia que nos separaban de la primera parada. Era ésta Eisenach, el pueblo donde Bach vio la luz. Las siguientes serían Weimary Leipzig, la primera por haber sido el lugar de comienzo de su vida profesional, donde estuvo preso y donde residió de 1708 a 1717, y la segunda debido a la cual transcurrió los últimos 27 años de su vida. Las 8 horas previstas de viaje se redujeron a 5, ya que Sergio pisó el acelerador apelando a que no hay límite de velocidad en las autopistas alemanas. Grande era la emoción que nos embargaba, y para acrecentarla llevábamos una dotación de grabaciones...

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