Pedestal peligroso

AutorDenise Dresser

Existe ya un séquito empeñado en colocar a AMLO sobre un pedestal peligroso. Quienes lo aman desaforadamente. Quienes están seguros de que nunca le va a fallar a la gente que lo acompañó y justifican decisiones que no concuerdan con lo prometido o lo que la democracia requiere. Quienes lo llaman "nuestro Perón", el que va a sentar a la oligarquía para que por fin piense en los pobres. Quienes se autodenominan sus "hijos", cuales hijos de Dios. Los tremendamente fascinados, capaces de defender o justificar cualquier contradicción, cualquier postura aunque corra en contra de aquello por lo cual se lleva años luchando en México. Los contrapesos, las autonomías, el federalismo, la transparencia, el combate al clientelismo, el desmantelamien-to del capitalismo de cuates, la despolitización judicial, la desmilitarización de México. Todas, causas que han sido negativamente afectadas por decisiones que se presentan como curas para los males, pero terminarán exacerbándolos.

Como la figura de los "superdelega-dos" y el reforzamiento del clientelismo que promoverá. Como la Guardia Nacional y la rendición del mando civil al mando militar que asegurará. Como la terna propuesta para la Suprema Corte y el golpe a la autonomía institucional que conllevará. Como las "consultas populares" y la manera en la cual han distorsionado el sentido de la democracia participa-tiva que muchos impulsamos. Ante cada foco rojo que la 4T enciende, hay un acólito incondicional dispuesto a defender lo indefendible. Dispuesto a matar al mensajero en lugar de atender el mensaje. Para aquellos que ven al nuevo partido-gobierno como indefectible, los escépti-cos son "pequeñitos que odian al pueblo". Los que señalan incongruencias son "reaccionarios". Los que señalan son "miembros de la derecha", aunque tengan una larga trayectoria de izquierda, incluyendo cientos de organizaciones con décadas de lucha en favor de los derechos humanos y la paz.

Incapaces -por lo visto- de entender los procesos esenciales de la democracia, confunden popularidad con razón, legitimidad con permiso para aplanar, mayorías con marrullerías. Callados ante la incorporación de Ricardo Salinas Pliego -uno de los empresarios más abusivos y rentistas del país- al consejo empresarial asesor de AMLO. Silenciosos ante el populismo penal que representa la aprobación de la prisión preventiva oficiosa, una forma más de victimizar y criminalizar a los pobres. Enmudecidos por su obsesión con el personaje, con...

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