Un peligroso "triunfo" de Trump

AutorTémoris Grecko

Los indicios de que el presidente estadunidense Donald Trump cree que es él mismo -y no sus oficiales ni sus soldados en el terreno- quien realiza las acciones bélicas han alcanzado un nuevo nivel. Al describir los últimos momentos de vida de Abu Bakr al Baghdadi -el líder del Estado Islámico-, quien supuestamente trató de escapar por un sistema de túneles antes de ser acorralado al final de uno, Trump aseguró que el yihadista "murió cuando corría por un túnel sin salida, gimiendo y llorando y gritando todo el camino", como "un perro", como "un cobarde, corriendo y llorando".

Trump no explicó por qué una persona que es perseguida en la oscuridad por una fuerza superior que inevitablemente la va a aniquilar, debería no correr o no llorar y gritar, ni cómo es que alguien capaz de terminar con su propia vida activando un chaleco explosivo es un cobarde. En todo caso, el presidente estadunidense no podría saber si Baghdadi gemía, lloraba o gritaba: la transmisión en directo que llegaba hasta la Casa Blanca casi en tiempo real no tenía audio, y es poco común que, desde atrás de un hombre que huye, sea posible ver sus lágrimas.

Sus subordinados no supieron explicar de dónde sacó su jefe esa versión: "No tengo esos detalles", respondió Mark Esper, secretario de Defensa, "es probable que el presidente haya hablado con los comandantes en el campo". "No sé cuál es la fuente", admitió el jefe del Estado Mayor, general Mark Milley, "asumo que habló directamente con la unidad o con sus miembros".

No es novedad, en todo caso. Dos semanas antes, para desacreditar al antecesor de Esper, el general James Mattis, Trump declaró: "Yo capturé a ISIS (antiguo nombre del EI). Mattis dijo que tardaríamos dos años.Yo lo capturé en un mes".

Pero los analistas de Medio Oriente, Europa y Washington señalan que ni "ISIS" había sido capturado ni la muerte de Baghdadi equivale a la desaparición del EI, y son precisamente las decisiones de quien reclama el crédito para él, Trump, las que hacen más probable una reorganización de militantes para relanzar sus acciones bélicas y atentados.

Ante esta amenaza, advierten, Estados Unidos cuenta cada vez con menos medios para prevenirla o responder, de nuevo a causa de órdenes dadas por Trump.

Y para la Casa Blanca, como consecuencia de sus iniciativas, el escenario se ha vuelto más incontrolable e impredecible: ha traicionado y dejado arrinconar a sus principales aliados, los kurdos, y en la provincia de Idlib, en el occidente de...

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