¡Con pelos en la lengua!

Ya inicié los trámites para sacar mi pasaporte. No crean que me voy de mojada. Su Negra quiere cruzar el charco para ir de compras. Pero tendré que esperar a que me tomen otras fotografías por que salí muy fea. Como la toma es muy cercana salí muy negra y cabezona y así no quiero que me vean mis fans porque a algunos se les puede antojar tomarme unas mejores fotos.

Mañana les platico cómo me fue.

Chiste macanudo

-Ya hasta parezco aquella solterona de edad avanzada que un día se le calentó el motor y se lanzó desesperada a buscar consuelo, pero como pocas veces le llegaba la temperatura a ese nivel, pues la idea era buscar algo inolvidable.

Aclaro que no se trata de mí este chistorete, se los juro... en serio.

Resulta que la veterana caliente se fue a uno de los burdeles de la calle Guerrero para pedir informes sobre dónde encontrar un semental que le calmara sus cosquillas y sí encontró su aquellote.

La desesperada ancestra llegó y checó una tabla de la longitud de los miembros de los padrotes y el costo por cada uno.

Juan, 20 centímetros: mil pesotes.

Manuel, 30 centímetros: dos mil varos.

Goyo, 50 centímetros: 3 mil.

Ella decide entregarse a Goyo para guardar en su memoria la más grande experiencia.

Al terminar, la ñora sale muuuy adolorida y casi a gatas, caminando con las piernas abiertas . ¡Nomás le faltaba el caballo a la canijilla!

Como su casa le quedaba retirada, decidió tomar un atajo oscuro, pero más corto a su hogar.

En eso, le sale un ladrón con un cuchillo y le dice amenazante:

-¡Déme el dinero, o si no... la "degollo"!

Ella muy asustada, y todavía con las piernitas temblorinas le contesta de inmediato:

-¡Toma todo el dinero, pero la de Goyo ya no, por favor!

La fogosa

-Calladitas, calladitas, pero hay setentonas que todavía quieren hacer rechinar el catre. Me cae que sí.

Ahí tenemos a una que entró a un sex shop y le preguntó al encargado:

-Disculpe, joven, ¿venden consoladores?

-Sí, señora, todos los de aquella pared.

La abuela mira hacia esa pared y le dice:

-Me llevo el rojo.

-No, señora, el extintor no está en venta... ¡Aaah, golosona!

Trabajo hecho

-Otra señora, pero cincuentona, estaba por celebrar sus 25 años de matrimonio. Tenía las carnes algo caídas, por aquello de la gravedad, pero con mucha ilusión se viste de lencería con medias, ligas y tacones de aguja.

Así de sensual entró en la habitación y se plantó frente a su marido que estaba tiradote viendo la tele:

-Cariño -le dice...

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