¡Con pelos en la lengua!

Estaba triste porque perdieron los Tigres, pero en eso me habló un amigo y me puso bien contenta, me empezó hablar al oído y en un ratito me puso bien cachonda, y caí rendida a sus pies, me hizo un jale que todavía lo siento. Vaya manera de levantar el ánimo, ¿no creen? Bueno, aquí les dejo unos chistes que podrían pasar en las puertas del Cielo...

PEPITO Y SAN PEDRO

A Pepito lo mandaron por las tortillas y por ir penetrándola con su celular, pues no se fijó y un coche lo atropelló y el chamaco se murió.

Entonces, el alma de Pepito llega al cielo y justo cuando San Pedro le estaba tomando sus datos para dejarlo entrar, el chamaco se percata de que en la pared de nubes hay una cantidad incontable de relojes y curioso como fue en vida, comienza a cuestionar al Santo.

-Oye Pedrito, ¿y qué son todos esos relojes?

-Mira niño, todos esos son los relojes de las mentiras; cada una de las personas de la tierra tiene el suyo y cada vez que mienten o engañan, las manecillas de su reloj se mueven -explica San Pedro.

-Ahh vaya... y ese reloj que no se mueve, ¿está descompuesto? ¿O de quién es? -sigue el chamaco preguntando?

-No, para nada que está descompuesto; ese reloj es el de la Madre Teresa de Calcuta y como ella jamás dijo una mentira, pues sus manecillas nunca se movieron.

-Ohh muy bien, ¿Y ese otro reloj? Sólo se ha movido poquito -interroga Pepito.

-Ese fue el de Ghandi, sólo mintió un par de veces cuando era niño y no se quería comer los vegetales que le servía su mamá -responde el santo.

-¿Y ese reloj digital de quién es?

-Ahh ese...

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