Pemex y Dos Bocas: Herida autoinfligida

AutorDenise Dresser

Como el autogolpe que acaba de darse a sí mismo al declarar desierta la licitación para la construcción de la refinería de Dos Bocas, y el anuncio -sorpresivo- de que la obra será entregada a Pemex para su realización. Una decisión intempestiva que tomó por sorpresa incluso a miembros de su gabinete. Una decisión acelerada, producto del voluntarismo y no de la deliberación basada en datos, evidencia y posible impacto. Porque detrás de lo anunciado no hay una racionalidad económica defendible, sino una intencionalidad política cuestionable. El presidente piensa que es posible regresar a Pemex a sus años de gloria, cuando era palanca de desarrollo, la gran empresa petrolera nacional. Obsesionado con esa idea, insiste en canalizar recursos escasos a una empresa que ya no es lo que era y no podrá volver a serlo sin inyecciones de capital que el gobierno simplemente no tiene. Para AMLO, la refinería de Dos Bocas es santo y seña, símbolo y sello. No importa que sea inviable o cara o innecesaria o un despilfarro de recursos públicos. Al presidente sólo le importa que exista.

Y por eso opta por ignorar la evidencia; decide descartar la realidad. Las empresas extranjeras invitadas a la licitación restringida para construir Dos Bocas llegaron a la misma conclusión: no costará lo estimado por el presidente y no podrá ser completada en los tiempos decretados por él. Así de simple, así de sencillo. Los que podrían estar encargados de la obra alertan sobre su inviabilidad. Y en vez de escuchar, de sopesar y de replantear, el presidente se aferra. Piensa que Pemex podrá encargarse de la obra cuando hace 40 años que no construye nada. Cuando la empresa es notoriamente ineficiente y esa es una de las razones detrás de su descalabro. Cuando no hay razones para pensar que podría edificar algo a menor costo y en menor tiempo que compañías especializadas en refinerías. Pemex tiene demasiada deuda, demasiados problemas operativos, demasiada mala administración como para pensar que podría cumplir con las condiciones que el presidente impone y la realidad contradice.

AMLO heredó una empresa exprimida, mal administrada, endeudada. Su margen de acción ya era estrecho. Pero de lo que se trata la 4T es de mejorar, no de empeorar. De lo que se trata la transformación prometida es de corregir, no de ahondar en el error. Y la construcción de Dos Bocas como la plantea el presidente en un error, señalado así una y otra vez por calificadoras, inversionistas, expertos en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR