Pemex vs Siemens: misil mal dirigido

AutorJenaro Villamil

Al llegar a la dirección general de Pemex, en diciembre de 2012, Emilio Lozoya Austin se encontró, entre el cúmulo de litigios, deudas y expedientes de corrupción heredados de la anterior administración, uno con carácter de urgente: el pago por 311 millones de dólares al consorcio Conproca (Consorcio Proyecto Cadereyta), formado por la compañía coreana SK Engineering, dueña de 80%; la alemana Siemens AG, con 15% de las acciones, y la mexicana Tribasa.

Su antecesor, Juan José Suárez Coppel, le dejó a Lozoya Austin el pendiente del pago, en cumplimiento del laudo definitivo de la Corte Internacional de Comercio (CIC), con sede en París, que el 11 de enero de 2012 ordenó a la paraestatal mexicana cubrir 282.1 millones de dólares a Conproca, más gastos financieros e impuestos, tras 10 años de litigio entre Pemex y el consorcio.

Asesorado por sus abogados, Lozoya Austin decidió evadir el pago del laudo y comenzar un litigio ante la Corte de Distrito Sur de Nueva York, 11 años después de iniciado el juicio arbitral, y 15 años después de la licitación para remodelar la refinería de Cadereyta, Nuevo León, uno de los proyectos más ambiciosos y costosos de Petróleos Mexicanos.

Pemex decidió demandar al consorcio privado. Argumentó presuntos actos de soborno para obtener el pago de los costos adicionales, incumplimiento en el contrato de remodelación de la refinería y "por transferir millones de dólares a la cuenta bancaria de Conproca en Nueva York", amparándose en la llamada Ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), que permite resolver hechos de corrupción de empresas radicadas en la ciudad estadunidense.

En cinco meses de desahogo de pruebas y testigos, en vísperas de que el juez neoyorquino decida si hay materia para este juicio -se prevé que será el próximo 23 de mayo-, Pemex arreció su litigio en medios mexicanos, especialmente a través de los espacios informativos de Televisa, reviviendo expedientes de corrupción de Siemens, en 2008, que no estaban relacionados con el caso de Conproca.

Lo anterior provocó una crisis de confianza entre los inversionistas de Alemania por la falta de "certeza jurídica" que ofrece el gobierno mexicano al desconocer el laudo de la Corte de París, y abriendo la caja de Pandora sobre la corrupción dentro de la paraestatal durante los 12 años de gobiernos panistas.

Las acusaciones de Pemex le han resultado contraproducentes, porque ha mezclado expedientes, con confusión de fechas y responsables; revivió un presunto acto de soborno por 2.6 millones de dólares del empresario y consultor Jaime Camil...

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