Cuando Peña Nieto solapaba al régime egipcio

AutorTémoris Grecko

La última semana de mayo de 2014, Arturo Sánchez Gutiérrez, entonces consejero del Instituto Nacional Electoral, acudió a Egipto como observador de los comicios que celebró ese país.

De acuerdo con diversas organizaciones internacionales, dicho proceso electoral estuvo plagado de irregularidades. Pero Sánchez públicamente no aludió a ellas. Sólo emitió un par de twitts. En uno señaló que "la propaganda del candidato egipcio Sisi destaca sobre la de su contendiente". En otro comentó: "Las sorpresas no ayudan a generar certidumbre en el elector", en referencia a que la comisión electoral egipcia súbitamente añadió un día de votación a los dos ya establecidos.

Las autoridades egipcias habían invitado a algunos observadores, de manera individual y sin un plan de trabajo. Los llevaron a donde estimaron conveniente. Los pusieron a charlar con jueces y funcionarios del régimen. Les era necesario tener testigos que le dieran a los comicios "una muy deseada certificación de legitimidad", reportó el diario Los Angeles Times el 19 de mayo de ese año.

Sánchez fue uno de ellos.

Su actitud fue la opuesta a la de tres organizaciones de observación electoral: la Red Árabe de Monitores Electorales, el Instituto Electoral para la Democracia Sostenible en África y el Centro Carter. Todas con capacidad para desplegar personal sobre el terreno y encontrar anomalías. Diez días antes de las votaciones, esas organizaciones denunciaron que las autoridades egipcias les habían interpuesto tal cantidad de obstáculos, que les resultaría imposible cumplir con su trabajo, difundió la agencia Reuters.

Pero el consejero Sánchez no vio o no reportó las condiciones en las que se desarrollaron las campañas electorales y las votaciones.

Para empezar, pasó por alto que el general Abdelfatá al Sisi había dado un golpe de Estado casi un año antes, el 3 de julio de 2013, contra el único presidente de Egipto electo en comicios libres: Mohamed Morsi, del grupo Hermanos Musulmanes.

El general lo arrestó, lo mantuvo incomunicado meses y detuvo tanto a sus simpatizantes como a muchos de los jóvenes que participaron en lo que se conoció como la Primavera Egipcia, iniciada en la plaza cairota de Tahrir el 25 de enero de 2011.

El gobierno que organizaba las elecciones era defacto, dirigido por Sisi, quien se autodesignó presidente, cerró el Congreso, encarceló a buena parte de los legisladores y además era el candidato presidencial "favorito".

Cuando Sánchez estaba en Egipto, se estimaba en 16 mil el número de arrestados. En cuanto a ejecutados, había confusión en...

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