Perfiles e Historias / En el nombre del padre
Cuando sus hijos estaban pequeños e iban de vacaciones a la playa, Otilio Cantú González los tomaba de la mano y, sin soltarlos, los invitaba a caminar con él hacia el mar agitado.
"Deben aprender, no les tengan miedo a las olas, pónganse listos cuando venga una grande", les decía.
"Enfréntenlas".
Esa templanza es la que caracteriza a su padre, cuenta Zayaka, la más chica de cinco hijos que tuvo Otilio en dos matrimonios. Del segundo son ella y Jorge Otilio, asesinado por militares vestidos de policías el 18 de abril del 2011. Tenía 29 años.
El caso de esta víctima inocente, parcialmente resuelto, fue narrado por su padre la tarde del 8 de julio del 2016 en una sesión solemne del Colegio de Abogados de Monterrey.
"Hace poco más de cinco años mi familia y un servidor sufrimos un golpe desgarrador, un episodio contra natura al perder a uno de nuestros amados hijos, hermano, esposo, cuando un convoy de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Nuevo León, formado por elementos castrenses mal entrenados para conducirse en el área citadina, cometió una más de sus múltiples tropelías en contra de civiles inermes en un acto de alevosía, ventaja, saña, cobardía dándole muerte por la espalda a Jorge Otilio Cantú Cantú cuando su delito era dirigirse a trabajar. Un estudiante ejemplar, excelente hijo, trabajador modelo, deportista, líder en lo que se proponía".
Agregó: "Quince días antes había contraído nupcias".
Los militares le dispararon mientras conducía a su trabajo por Las Torres. Veintinueve disparos dieron en la camioneta, varios de éstos en el cuerpo de Jorge Otilio; seis se los dieron en el rostro y la cabeza a menos de 70 centímetros.
Los asesinos le pusieron un arma y casquillos percutidos entre sus piernas para hacer creer que él había disparado.
"El guión les falló", afirmó Otilio ese día ante los abogados. "No tomaron en cuenta que Jorge Otilio no era huérfano".
Apoyado en agentes del ministerio público federal, Otilio, médico de profesión, se hizo cargo solo del caso de su hijo, lo que llevó a sentenciar el 11 de marzo del 2016 a siete militares, cinco por el asesino de su hijo, y dos por alterar la escena del crimen. Estos últimos ya cumplieron su sentencia, mientras que los otros siguen apelando sus condenas.
Por su aplomo, el Colegio de Abogados le entregó el año pasado un reconocimiento en el que dio aquel mensaje.
Su fuerza, revela Otilio, viene del juramento que le hizo a aquel chico que enseñó en la niñez a...
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