Subterráneo/ Piratería

Ya se sabe: estamos en tercer lugar. China primero y después Rusia están adelante de nosotros y en eso de copiar ropa y zapatos de marca; reproducir casetes y CDs; volarse programas de cómputo; vender copias ilegales de películas y de álbumes musicales; hacer relojes, plumas y encendedores igualitos a los verdaderos y ponerlo todo a venta, en las calles, a un precio que llega a ser diez veces menor que el del artículo original, nos la llevan ganada.

Se dirá que no tiene chiste. ¡Claro que nos ganan en la piratería!, se dirá, pero es que allá lo hacen con la protección y el apoyo de las autoridades. Si en China y Rusia florecen los piratas es porque nadie los persigue.

Sólo que, momento: ¿y cómo cree usted que llegamos nosotros al tercer lugar? Pues por lo mismo: porque aquí piratas y copiones pueden trabajar en paz, sin que nadie los persiga. Sí, a cada rato sale en los periódicos o en la tele que se acaba de hacer una redada y que decomisaron cinco mil casetes con películas, o se destruyeron veinte mil que traían los grititos de la Spears, pero eso es nada más por no dejar, como las podas que se le hacen a los jardines para que crezcan bien. El comercio serio, el de fondo, está protegido. Y no sólo está protegido por la policía. Está protegido por la ley.

Permítame aclararle.

Querella

En relación a los delitos hay una distinción que nos viene de la antigüedad. El hecho es que se creía que hay crímenes que perjudican a toda la sociedad, como el robo, y que debían de ser perseguidos "de oficio", o sea desde el momento mismo en que se sabía de su existencia. Otros delitos, en cambio, sólo perjudicaban a la víctima que los sufría -como por ejemplo un rapto-, caso en el cual las autoridades no debían intervenir sino hasta que los interesados -como los padres o la propia víctima-, les pedían su auxilio. En estos casos hacía falta "la querella" de los afectados.

La distinción entre delitos "de oficio" y delitos "de querella", sigue vigente en nuestros días, sólo que con una salvedad. Hasta no hace mucho, digamos hace diez años, eran muy pocos los delitos por querella: el rapto, el adulterio, la violación de correspondencia. Y no sólo eran delitos menores, sino...

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