La pobreza

AutorCarlos Acosta Córdova/Juan Carlos Cruz Vargas

Muy propio de la época pre-electoral, el presidente Felipe Calderón celebra exultante las buenas noticias económicas. Pero calla, ni pío dice, cuando los datos y las cifras dan cuenta de un saldo ominoso, sobre todo en el ámbito de lo social, de sus recién cumplidos cinco años de gobierno.

Apenas el 22 de noviembre, cuando el Inegi dio a conocer que la economía mexicana creció 4.5% en el tercer trimestre del año -cifra ciertamente inesperada, muy por arriba de lo estimado por los analistas y el propio gobierno-, Calderón se ufanó y gritó a los cuatro vientos lo bien que está el país. Chacoteó en Los Pinos, en una reunión con empresarios de la vivienda:

"Miren nada más: este tercer trimestre, amigas y amigos, para que se den una idea, los bancos, los analistas financieros, los empresarios más picudos, más destacados, todo mundo decía que la economía nacional iba a crecer 3.5% anual en el tercer trimestre... No creció 3.5, creció 4.5% a tasa anual, 1% (sic) arriba de lo que se estaba previendo."

(De haber hecho bien las cuentas, se hubiera desgañitado en el autoelogio, pues el aumento en la tasa de crecimiento no fue de 1% -sí de un punto porcentual- sino de casi 30%, 28.6% para ser precisos. Es muy común ese error. Un caso paradigmático fue cuando en 1995 el gobierno de Ernesto Zedillo subió la tasa del IVA de 10% a 15%, roqueseñal de por medio. Casi todo mundo dijo: "subió 5% el IVA", cuando en realidad la tasa subió 50%, o bien, cinco puntos porcentuales. Que no es lo mismo.)

Y eso le sirvió para decir que, "con todo y los líos que hay a nivel internacional", estamos "en la ruta correcta", con "una economía más fuerte, más sólida", que avanza "por la senda del crecimiento y del empleo para las familias mexicanas que tanto queremos".

Tres días después, el Inegi dio otra "buena" noticia: la tasa de desempleo en octubre fue de "sólo" 5%, contra 5.7% de octubre del año pasado, lo que implicaba que unas 300 mil personas, en un año, de octubre a octubre, habían logrado ocuparse.

Calderón no dijo nada, porque sabe que una tasa de desocupación de 5% de la Población Económicamente Activa significa que 2 y medio millones de mexicanos, y sus familias, siguen sin trabajo, sin ingreso alguno, en el desamparo absoluto.

Y no dijo nada, también, porque el propio Inegi, en el mismo reporte sobre el empleo en octubre, reveló que la tasa de subo-cupación subió en ese mes a 9.3%, muy por arriba del 8.5% de octubre de 2010.

Eso quiere decir que hay en el país casi 4 millones y medio de mexicanos que, ciertamente, tienen un trabajo, pero que éste no les da para satisfacer sus necesidades básicas, por lo cual andan a la caza de uno o dos trabajos adicionales, o de más horas en el que ya tienen.

Es decir, los trabajos recuperados o logrados por primera vez son tan precarios, sobre todo mal remunerados, que por eso aumenta siempre la tasa de subempleo.

Pero en materia de empleo, el presidente siempre le da la vuelta al tema. La promesa electoral de ser el "presidente del empleo" se fue al basurero desde el primer año. Con crisis y sin crisis económica...

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