Pocas cosas han cambiado

AutorJuan Alberto Cedillo

SALTILLO, COAH.- La guerrilla se formó para combatir a los caciques que dominaban la sierra de Chihuahua, quienes "impedían que los campesinos obtuvieran tierras y so-breexplotaban los bosques", cuenta a Proceso Raúl Florencio Lugo Hernández, uno de los sobrevivientes del ataque al cuartel militar de Ciudad Madera el 23 de septiembre de 1965.

Para mediados de los sesenta, los postulados de la Revolución seguían ausentes en ese estado. Los terratenientes que dominaban Chihuahua revirtieron la reforma agraria y los repartos hechos por Francisco Villa. Y gracias a la protección que recibieron del presidente Miguel Alemán, lograron acaparar los bosques y grandes extensiones de tierras, rememora el exguerrillero.

Entre ellos destacaban los herederos de Luis Terrazas, sus parientes los Creel, Carlos Trouyet y la familia Hearst, entre otros.

Los Terrazas poseían 1 millón y medio • de hectáreas. Una cantidad similar le pertenecía a la Compañía Bosques de Chihuahua, de la familia Vallina. La sociedad ganadera Cuatro Amigos -del banquero Trouyet, Antonio Ortiz Mena (entonces secretario de Hacienda) y otros caciques- también tenía más de 1 millón de hectáreas. A principios de los sesenta, 145 familias eran dueñas de la mayoría de las tierras y bosques del estado más grande del país. Y había unos 50 mil campesinos sin tierra.

Incluso las autoridades estatales, encabezadas por el entonces gobernador Práxedes Giner Durán, desatendían los decretos presidenciales que otorgaban parcelas a los campesinos.

"En Casas Grandes dominaba Florentino Ibarra, el temible cacique que llegó al grado de apoderarse de escuelas públicas para utilizarlas como caballerizas", cuenta Lugo Hernández.

Describe las condiciones económicas y políticas que orillaron a un grupo de maestros, estudiantes y campesinos a tomar las armas y, luego, a inmolarse en el asalto al cuartel de Ciudad Madera "para que todo México conociera las injusticias que privaban en Chihuahua".

El terrateniente Florencio Ibarra y su hermano José pertenecían a la Sociedad Ganadera Cuatro Caminos. Contaban con la complicidad de las autoridades para quitarles tierras a los campesinos. "También tenían guardias blancas en la región de Casas Grandes", recuerda.

Los pistoleros de los Ibarra habían mandado matar a maestros y líderes campesinos agraristas. El 11 de julio de 1959 José Ibarra asesinó a Anselmo Enríquez Quintana, crimen por el cual nunca fue requerido por las autoridades. Gracias a la impunidad de la que...

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