El poder bien vale una boda

AutorJenaro Villamil

Una compleja maquinación eclesiástica y política, protagonizada por la Arquidiócesis de México y el gobierno del Estado de México, se urdió detrás de la historia de telenovela del noviazgo y la boda entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera para anular en 2009 la boda entre la actriz de Televisa y el productor de la misma compañía José Alberto El Güero Castro, realizada cinco años atrás en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la colonia Roma de la Ciudad de México.

Calificada entonces como "la boda del año" con base en un plan mediático que fue paciente y cuidadosamente calculado por Televisa y la cúpula del Partido Revolucionario Institucional, el enlace religioso jugó un papel fundamental para la llegada de Peña Nieto a la Presidencia.

Como parte de esta trama, el cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, decidió agilizar la anulación de las dos ceremonias realizadas por Rivera y El Güero Castro, el 2 y el 11 de diciembre de 2004, para permitir el enlace matrimonial con el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. Para ello contó con el apoyo del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México, presidido por el presbítero Alberto Pacheco Escobedo.

Nunca previo el cardenal Rivera que el sacerdote José Luis Salinas Aranda, castigado por ser el responsable de una "supuesta simulación de la administración del sacramento matrimonial" de la pareja Rivera y Castro, ganara un largo litigio ante la Rota Romana, el máximo tribunal de la Iglesia Católica.

Tampoco previo que el cura Salinas Aranda, fallecido el 7 de octubre de 2015, expusiera su caso en una larga misiva al Papa Francisco. En vísperas de su próxima visita a México, el pontífice católico es quien tiene la última palabra en este litigio que involucra a un cardenal, al propio presidente de la República, a la primera dama y a la Rota Romana.

El 20 de noviembre de 2012 la Rota Romana revirtió el juicio del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México contra el cura Salinas Aranda al considerar que fue víctima de un "craso simulacro de justicia", según consta en el documento original y en las dos traducciones del latín al español a las que tuvieron acceso Proceso y Aristegui Noticias.

Sin embargo, la condena contra el padre Salinas Aranda nunca fue enmendada por el cardenal Norberto Rivera ni por el Tribunal de la Arquidiócesis. El sacerdote guardó toda la historia documental de su caso, incluyendo una serie de cartas y comunicaciones con la jerarquía del Vaticano y otra carta enviada al entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.

Proceso y Aristegui Noticias tienen copias de toda esta historia documental que narra el "calvario al que fui injustamente sometido", tal como lo expresó el cura Salinas Aranda al Papa Francisco. Y documenta la trama para "cubrir las formas" entre los intereses políticos y la Arquidiócesis de México, en especial el Tribunal Eclesiástico, ambos controlados por el cardenal Norberto Rivera.

Anulación y "simulacro de justicia"

Este tribunal tomó dos decisiones polémicas: en un trámite exprés, el 19 de mayo de 2009 declaró "nulo e inválido" el matrimonio de Angélica Rivera con José Alberto Castro por "defecto de forma canónica", y el 10 de junio de 2009 enjuició y castigo al sacerdote José Luis Salinas Aranda, a quien responsabilizó de haber manipulado a la pareja Rivera-Castro para que firmara un acta matrimonial en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, el 2 de diciembre, y días después, el 11 de diciembre de 2004, simulara una boda religiosa en la playa de Acapulco.

El decreto de nulidad, firmado por el presbítero Pacheco Escobedo, señaló que quedaban sin efectos "el matrimonio que contrajeron José Alberto Castro y Angélica Rivera Hurtado, el día 2 de diciembre de 2004, en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima de esta Arquidiócesis de México, y el que pretendieron contraer el día 11 de diciembre de 2004 en Acapul-co, Guerrero.

"Por tal motivo, Angélica Rivera Hurtado queda libre canónicamente y puede por lo mismo contraer matrimonio canónico, si así lo desea, previos los trámites necesarios y oportunos que el Derecho Canónico establezca."

El decreto de anulación fue presumido y ventilado públicamente por la propia Angélica Rivera en la edición del 10 de junio de 2009 de la revista...

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