Un poder dentro de otro. El nuevo gobierno, con alta presencia empresarial

AutorArturo Rodríguez García

Para el arranque de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador reunió en su gabinete, su equipo de colaboradores y en consejos de carácter honorario a algunos de los magnates más poderosos de México.

El nuevo presidente, que prometió separar el poder político del poder económico, arranca su administración con una cuarta parte de su gabinete legal de origen empresarial, o bien con excolaboradores de alto nivel o familiares de los accionistas mayoritarios en corporativos influyentes del país, beneficiarios del contratismo, las concesiones y las privatizaciones que criticó a lo largo de su trayectoria política.

Ni siquiera los gobiernos del periodo que López Obrador ha identificado como "neoliberales" incorporaron abiertamente a los magnates en sus gabinetes ni formalizaron consejos de asesores.

Designado jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza es una de esas figuras históricamente cercanas al poder, al menos desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. En los noventa, llegó a figurar en la lista de los multimillonarios internacionales de la revista Forbes y, aunque su fortuna estimada menguó hasta sacarlo de la exclusiva publicación, mantiene una importante presencia como accionista mayoritario de la casa de bolsa más grande del país, Vector, además de inversiones importantes en agronegocios y educación privada, entre otros.

Alfonso Romo -descendiente de la dinastía Madero- es esposo de Maca Garza Lagüera, del clan Garza Sada y, por lo tanto, primo político de Eva Gonda de Rivera, quien según Forbes ocupa la cuarta posición entre los más ricos de México. Antes Romo fue un activo impulsor de la candidatura de Vicente Fox, como desde 2012 lo ha sido de López Obrador, quien le encargó el diseño de su Proyecto 18, la plataforma de propuestas que enarboló en la campaña y fue responsable de una parte de la operación para superar las diferencias que surgieron con la cúpula empresarial del país.

El secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jimenez Espriú, está casado con una accionista de Grupo Ide-sa -emporio de la construcción y la energía socio de Odebrecht, el gigante brasileño construido con base en corrupción trasna-cional- en la planta Etileno XXI.

El propio Jimenez Espriú admitió ser parte del consejo de administración de Idesa durante la campaña electoral, pero negó tener relación con el escándalo de corrupción.

Asimismo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tras jubilarse como ministra de la Suprema...

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