Poniatowska en Madrid: los jóvenes de Ayotzinapa y en internet

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- Tardó nueve meses en regresar a España, desde abril cuando le fue otorgado el Premio Cervantes de Literatura 2013. Ahora estuvo para ser investida con el doctorado Hono-ris causa por la Universidad Complutense de Madrid. Inmersa en sus propios contrastes, Elena Poniatowska Amor se dice "feliz pero aturdida por tantos regalos que me da España", pero "indignada al máximo" por el curso que en México el gobierno de Enrique Peña Nieto le dio a la investigación de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.

En una entrevista con Proceso, la víspera de ser investida con el mismo grado que recibieron en el pasado Albert Einstein, Nelson Mandela, Rafael Alberti, Umberto Eco o los mexicanos Miguel León Portilla, Pablo González Casanova, Jorge Carpizo o Eulialio Ferrer, entre otros, reclama que "por ninguna causa se debe cerrar el caso Ayotzinapa", en alusión a la presumible pretensión del gobierno mexicano de darle carpetazo.

"¡No!, no se tiene que cerrar. Y yo creo que los estudiantes y los padres están totalmente dispuestos a mantener el movimiento vivo y seguir marchando; las manifestaciones son organizadas todas por internet por los mismos chavos, han sido admirables, y un ejemplo para la ciudadanía, con una muy importante participación de jóvenes y de viejos", dice en un intermedio de sus actividades paralelas en la

Facultad de Filología de la Complutense.

Cuando se dirige a la oficina del decano de dicha escuela, donde atenderá a los periodistas, Poniatowska no puede dejar de voltear su mirada a la galería de Ayotzinapa que ocupa el vestíbulo, con los carteles reproduciendo los rostros de los 43 estudiantes "de piel morena, indígenas, muy pobres, que viven en casitas de madera con techos de zinc. Son estudiantes cuya única oportunidad en la vida es ir a esta escuela para formarse como maestros".

Como a los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, dice, a los estudiantes se les acusa de ser guerrilleros, "lo cual no es cierto". En lo que sí ve similitud es sólo en que "reivindican para el México pobre derechos que nunca han tenido. Lo que sucede en Ayotzinapa es terrible. En la sociedad mexicana hay un precipicio entre una clase social y otra", reprocha.

Observa y repite el lema: "Vivos se los llevaron. Vivos los queremos".

Para la autora de Hasta no verte Jesús mío, este mérito que le otorga por primera vez una universidad española-cuarta mujer por la Complutense y primera mexicana- "está cargado de un enorme simbolismo...

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