El Presidente que explica todas las mañanas

AutorFabrizio Mejía Madrid

En México ese Estado es ultramarino durante tres siglos y, después, a la independencia, ya no se muere por los dioses o Cristo, sino por la patria. El águila devorando la serpiente deja de ser el mito que fundó una ciudad lacustre para ser lo que representa a una entidad abstracta. Del Estado absolutista al liberal y al democrático, el poder cambia con el medio que usa para hacerse imagen: del emblema impersonal al retrato, al anuncio televisado y, ahora, a la conferencia por internet.

Uno de los cambios que ha realizado el presidente en estos 100 días es el de la imagen del poder: desaparecen los retratos que cada oficina burocrática tenía de su persona faraónica; los escritores de discursos y la idea de la propaganda de lemas, colores, diseños del marketing; el águila "mocha" o el "Mover a México". Ahora ya no existe el presidente inalcanzable ni el que se oculta en una palabrería legaloide de donde Cantinflas extrajo su personaje de barandilla. Ahora existe una imagen del poder que explica todas las mañanas sus intenciones, sus cálculos, sus aspiraciones. Quien se refiere a ello como una "misa" no entiende la transformación: ya hubo grey acarreada -la que nunca chifla- con los Presidentes Todopoderosos; ya hubo grey abismada por no entender los términos legales o las fórmulas de la econometría. Ahora hay una audiencia. El presidente educa, seduce, dialoga. El Estado recupera para sí la capacidad simbólica de comunicar. A tal grado, que los medios de comunicación dependen de ello para informar, cuestionar y creer que la conferencia de prensa es la fuente inagotable de todo dato.

Nadie ha visto nunca al Estado. No es algo que pueda verse en el rostro del presidente ni en un papel membretado del gobierno. Es una relación entre los hombres y las mujeres por el cual el derecho a mandar es independiente de la persona que manda. El Estado es un principio de obediencia despersonalizado y por eso es un arreglo institucional. El Estado es la estructura del poder. Su forma es tan sólo el gobierno. El Estado requiere, por tanto, legitimidad y continuidad. Lo que ha hecho la Cuarta Transformación en 100 días es separar el poder del Estado de otros poderes: los arreglos de adjudicación directa para hacer crecer artificialmente a las corporaciones; los arreglos con las organizaciones de asistencia privada; los arreglos con las empresas ilegales, como las que roban hidrocarburos; los arreglos con las calificadoras; los arreglos con los medios de...

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