La “primera víctima” de “WikiLeaks”

AutorMarcela Turati

Tönsberg, Noruega.- Kristinn Hrafnsson, el vocero de WikiLeaks, diagnostica: Cuando la arena se asiente, la gente verá los impactos de la revelación de los cables diplomáticos estadunidenses en la composición del mundo. Mientras eso ocurre, considera que la información divulgada, y potenciada por blogs y redes sociales, logró en los países árabes cambios similares a la caída del Muro de Berlín, en poco tiempo.

El embajador estadunidense en México, Carlos Pascual, fue el primer diplomático sacrificado por las revelaciones.

“Ha habido cambios históricos que no hemos reconocido totalmente porque aún están ocurriendo. Ocurrieron en un corto periodo de tiempo y tienen una equivalencia a la caída del Muro de Berlín”, afirma en entrevista con Proceso, a un año de que el fundador del sitio WikiLeaks, Julian Assange, entró en contacto con periodistas de The Guardian para comenzar la divulgación de información secreta del gobierno de Estados Unidos.

Los cables detonaron de manera distinta en cada país. En Túnez, el descaro del régimen prendió la primera revuelta popular.

“Desde luego, (Túnez) fue la punta de un iceberg y le siguió un efecto dominó: la información sobre Egipto y Libia salió; también en Siria, Yemen, Bahréin. Y si miras hacia Túnez, la cadena de eventos comenzó y los cables fueron un catalizador”, dice.

A principios de 2011, WikiLeaks hizo públicos cables del Departamento de Estado de Estados Unidos en los que detallaba la dimensión de las corruptelas del presidente tunecino Zine el Abidine Ben Ali y su familia. Esto originó a una serie de protestas que acabaron con la dimisión del mandatario.

Al principio, el equipo de WikiLeaks se adjudicaba la victoria del impacto de los cables en el Medio Oriente y el norte de África, pero al escuchar a periodistas y activistas locales descubrió que las protestas populares fueron divulgadas por los blogueros, twiteros, facebookeros que alimentaron el enojo contra la corrupción y el nepotismo del gobierno.

“El hecho es que la divulgación en internet, las revelaciones e interacciones, son un fenómeno excitante que presenciar. Esta no fue la revolución de Facebook o de Twitter o de WikiLeaks. Es un cambio basado en información que nos debe recordar la importancia de la información libre. WikiLeaks tuvo un impacto, que fue uno de los catalizadores. No podemos adjudicarnos todo el crédito, pero jugamos un rol en el contexto de la era electrónica en la que estamos”, dice.

El activista se encuentra en...

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