Prólogo a "Horas y deshoras", de Miguel Ángel Flores

AutorJudith Amador Tello

Para el ejercicio del periodismo se requieren las horas del día. Aquellas cuando el reportero se encuentra con los personajes de sus entrevistas o asiste a los actos donde encuentra la materia de sus notas. Pero también de las deshoras, cuando entre los libros y las fuentes escritas se hurga en busca de los datos más precisos o se indaga preparando el terreno para las conversaciones. Y, finalmente, cuando de frente al teclado se batalla a solas, y generalmente contra el tiempo, para que los largos diálogos o la abundancia de información y datos se ajusten a las casi siempre pocas cuartillas.

Por ello, no se equivoca Miguel Ángel Flores al darle el título de Horas y deshoras a este libro en el cual reúne una variedad de entrevistas, crónicas, ensayos, reseñas y reportajes, publicados fundamentalmente en el semanario Proceso, aunque ha desarrollado su labor periodística en otros medios como Casa del Tiempo, La Cultura de México, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica y

Revista Universidad de México, entre otros.

Más de medio centenar de textos integran este volumen dividido en cuatro apartados: "Conversaciones y variaciones", "En el espejo de los días", "Sepan cuántos" y ".. Está en los libros". Cada uno de los subtítulos anticipa el contenido del capítulo.

Las entrevistas en las cuales desentraña a varios personajes están en el primero, que es el más amplio. Desfilan aquí el poeta estadounidense, representativo de la generación beat Allen Ginsberg, el especialista John Bruswood, Sergio Galindo, Carlos Castaneda, el fotógrafo Lutfi Ozkok, quien revela cómo logró la difícil tarea de fotografiar a Samuel Becket, Leopoldo López Velar-de, hermano del poeta zacatecano, el pintor Vlady y una docena más.

El reflejo de la realidad de determinados momentos, coyunturas o temas pertinentes cabe en el segundo apartado, "En el espejo de los días" donde el autor desglosa temas como la fusión de las editoriales Planeta y Joaquín Mortiz, que cambió de rostro al proyecto de Joaquín Díez-Canedo; un balance de 50 años del Palacio de Bellas Artes; la revisión de la obra del escritor venezolano Rómulo Gallegos; o la descripción de, en su momento polémico, Proyecto Tajín.

"Sepan cuantos" evoca el título dado por Alfonso Reyes a la famosa colección editorial realizada por Porrúa Hermanos. Como la serie, este capítulo es finito pero se antoja suficientemente abarcador pues incluye autores de ambos lados del mundo: Lo mismo al ruso Andrei Voznesenski, con motivo de...

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